Capítulo 6
Saliendo de Pueblo Paleta e invirtiendo nuestra ruta, nuestra próxima parada era Ciudad Verde para enfrentar al líder de gimnasio de tipo tierra. Aún no había llegado y ya iba con pocas ganas de empezar, pero aprovechar la oportunidad para fortalecerme contra los peligros del viaje lo hacía algo de mucho provecho.
La ruta 1 de Kanto podría haber sido igual que la vuelta, pero en esta ocasión sí que nos cruzamos contra un par de entrenadores más o menos. Para resumir cómo fue, hice uso de Froakie, Chikorita y Zubat, logrando buenos resultados con los dos primeros solamente, y sentía preocupación por Zubat ya que aspiraba a ser más fuerte.
Al llegar a Ciudad Verde, pasé por el centro Pokémon para que revisaran a los Pokémon que participaron en combate. Tras unos minutos, me trajeron a los tres Pokémon, Froakie tan feliz y Chikorita tan reacia, como siempre, pero Zubat estaba desanimado por su bajo desempeño. Aprovechamos para solicitar una llamada con el profesor García y pedirle consejo.
Durante la llamada, después de contarle el bajón de Zubat, me recomendó que descansara un poco en el laboratorio y aprovechara para llevar a Weedle. Hubiera preferido seguir confiando en Zubat, pero no estaba muy por la labor, de modo que acepté hasta que se animara un poco. En vez de usar el PCP decidimos usar los PC del centro Pokémon.
Salimos de camino al gimnasio Pokémon, pero para sorpresa de todos acaba de cerrar hasta nuevo aviso y nadie sabe el porqué, y a todos los que reclamamos participar en los gimnasios se nos indicó partir al siguiente gimnasio, el de Ciudad Plateada. La ruta 1 provocó que Zubat tuviese que retirarse temporalmente, y con el cierre de este gimnasio tuve que pasar al siguiente y seguir otra ruta, sentía pesimismo al pensar que podría perder a otro compañero por el camino, más Paula seguía animándome a combatir.
—Venga Joaquín, no te desanimes —Dijo Paula—. Seguro que si sigues aguantando, motivarás a Zubat para volver.
—Ya… —Exhalé yo—. Pero es que…
—¡Ni peros, ni Peragus! Prometimos hacernos fuertes, y aún puedes contar conmigo y con Lucario.
—A eso me refería, sois con diferencia los más fuertes del grupo, superáis por separado a los demás juntos. Quería fortalecer más a los nuevos.
Paula recapacitó y entendió a lo que me refería, entonces tuvo la idea de que contase con ella y con Lucario para darles unos empujoncitos de experiencia al resto. Si no podían solos frente al resto de entrenadores, entonces sería necesario contar con más apoyo, pero yo quería exigir que fuesen más independientes, a lo que Paula argumentó que les pedía demasiado para el bajo nivel que tenían, además de que me consideraba alguien que no le exigiría más de lo necesario a los demás.
No le faltaba razón, desde el combate de Zubat contra el Aerodactyl de Eric no me di cuenta de lo que hacía, me sentí mal por mi equipo y con firmeza cambié el plan de entrenamiento como sugirió Paula. Decidido y con confianza en todos mis Pokémon, partimos al norte hacia el bosque Verde.
Desde Ciudad Verde hasta que entramos al Bosque Verde no hubo ningún entrenador, y al poco de avanzar nos cruzamos con varios cazabichos que nos retaron a combatir, pero dijeron que bromeaban porque un entrenador que recientemente atravesó el bosque los había derrotado. Parecía que no era mi día, y Paula me recomendó respirar y continuar, que aún podrían entrenar más adelante. A regañadientes acepté y continuamos.
A medio camino recordé que fue en ese bosque donde conseguimos a Weedle, así que aproveché para sacarlo fuera y que volviese a ver su hogar, aunque no haga mucho que salió de allí. Weedle estaba interesado en el entorno, y de pronto algo le llamó la atención y comenzó a arrastrarse con prisa en una dirección. Intrigados, le seguimos y vimos a un Pidgey picoteando a unos Kakuna. Weedle, envuelto en valor, llamó su atención con picotazo venenoso y entablando combate, además de que pondría a prueba por fin la idea de Paula.
(Joaquín vs Pidgey)
Weedle ya estaba en combate para enfrentar a Pidgey habiéndole propinado un certero picotazo venenoso, y ahora el turno de Pidgey de atacar usando placaje, y aunque Weedle recibió el impacto del movimiento, pudo aguantarlo. Sin embargo, no resistiría otro placaje y menos aún un ataque tornado, por lo que antes de que Pidgey lanzara su siguiente movimiento, regresé a Weedle a su Poké Ball y envié a Lucario que recibió el movimiento tornado de Pidgey. El daño no fue tan alto, y gracias a la ventaja que llevaba Lucario, al ordenarle usar palmeo pudo derrotar y expulsar fácilmente a Pidgey.
(Ganador: Joaquín)
Fue así de fácil como ese Pidgey dejó en paz a los Kakuna que le preocupaban a Weedle, o debería decir… Kakuna. Tras el combate, Weedle salió de su Poké Ball y comenzó a brillar y cambiar de forma. Esta experiencia ya la conocía, Weedle estaba evolucionando a Kakuna. Tras su cambio, Kakuna no podía hablar y apenas moverse, pero aún era capaz de hacer algo. Creyendo que la evolución lo volvió más fuerte, felicité su evolución y les agradecí a él y a Lucario por el combate. Y mientras continuábamos, dos de los Beedrill del grupo de Weedle presenciaron su mejoría, lo supe tiempo después gracias a Kakuna.
Desde el combate contra Pidgey hasta la llegada a Ciudad Plateada tampoco hubieron más combates contra entrenadores ni tampoco Pokémon salvajes que nos cortaran el paso. No fue mucha la experiencia obtenida, pero fui optimista y pensé que era algo más que suficiente.
Una vez allí, fuimos al Centro Pokémon para otra revisión de mis Pokémon y para contactar con el profesor García. El chequeo duró poco, pero el profesor no pudo atender a nuestra llamada, y pensamos que fue porque ya habíamos hecho muchas llamadas hoy. Nuestra intención era preguntar por el líder de gimnasio, y como no podíamos consultarles a los profesores tuvimos que preguntar por la Ciudad. La única información que nos sirvió era que su nombre es Brock y que se especializa en Pokémon de tipo roca.
Pensando en la planificación del equipo, analicé que Zubat y Kakuna estaban en desventaja, y aunque Kakuna estaba obteniendo experiencia, pensé que era el turno de Zubat de mejorar, así que hice el cambio de Kakuna por Zubat. Cuando lo recibí de nuevo, se notaba más serenidad en él, los profesores García y Carrasco fueron un buen apoyo para Zubat. Le dije que no iba a exigirle hasta caer sino hasta que necesite un relevo, a lo que Zubat asintió.
Decidido y confiado, fui junto a mi equipo hasta el gimnasio y avancé hasta llegar al líder Brock. Cuando nos vimos las caras, ambos nos quedamos un rato en silencio creyendo que habíamos visto a la otra persona antes, y tras fallar en rebuscar en nuestra memoria, anuncié que venía a retarle por la medalla Roca, a lo que Brock aceptó después de reírse con satisfacción.
Continuará…