17 Nov 2021
12:36 AM
Palabras - (Última modificación: 18 Nov 2021
04:20 PM por Pyro. Razón: Agregando banner )
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![[Imagen: dMENAiT.jpg]](https://i.imgur.com/dMENAiT.jpg)
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Al notar un fallo en el suministro eléctrico unas semanas atrás, y viendo que al parecer no se encontraba nadie supervisando su celda, esperó a que el generador provisional agotará su flujo de energía en la planta inferior para poder escapar, habiendo calculado el tiempo y la administración de sus provisiones.
No se le hizo problema forzar la cerradura para salir de su celda para encaminarse a ir a la planta principal, notando además que el aire acondicionado de la planta subterránea se encontraba dañado producto de la falla eléctrica, generando un aumento en la temperatura del lugar.
— Qué extraño — dijo mientras subía las escaleras y pensaba en alguna causa por la cual el edificio se encontraba en ese estado, sin la presencia de algún agente.
Al llegar a la planta principal, se encontró con un olor horrible que invadió sus fosas nasales, al igual que una temperatura más baja que la del piso inferior y una gran humedad en el aire.
El lugar se encontraba deteriorado y oscuro, casi abandonado, con las paredes manchadas de un fluido desconocido para él y con una gran acumulación de hongos por todas partes que desprendían un fétido hedor.
Se agachó para ver más detenidamente las setas mientras se cubría la nariz con el antebrazo, intrigado por la pigmentación rojiza con ciertas manchas anaranjadas, además de su peculiar propagación por las paredes y el suelo, inclusive agrietando parte del techo.
Se levantó para analizar metódicamente lo que tenía que hacer en su situación actual, mirando la salida al fondo de un pasillo oscuro.
No había rastros de la Policía Internacional por el cuartel, nadie que le impidiera escapar y continuar con sus investigaciones referentes al potencial de los pokémon.
Escapar era la opción más lógica en su condición actual. No tenía nada que hacer en el cuartel, pues no había información que fuese de su interés e importancia para sus investigaciones al ser simplemente una sede regional.
Fue entonces que comenzó a caminar en dirección de la salida, teniendo cuidado de no resbalar con los hongos esparcidos por el suelo.
Antes de tomar el mango para salir sintió que algo lo detuvo, jalándolo del pantalón.
Rápidamente se volteó mientras se colocaba a la defensiva, sin encontrar nada enfrente de él.
Un croar lo hizo mirar hacia abajo, encontrando al responsable de detenerlo.
— ¿El Croagunk del agente Looker? — mirando al pokémon venenoso aferrado a su pantalón naranja de prisionero.
Croagunk lo miraba directamente a los ojos sin tener la intención de soltarlo, no queriendo que el científico saliera del cuartel.
— Quítate — mientras lo empujaba con su pierna, aprovechando de escapar.
Al momento de salir sintió el aire impregnado con el mismo hedor del interior del cuartel, volviendo a cubrir su nariz con su antebrazo mientras inspeccionaba los alrededores, contemplando como el sol se estaba ocultando para dar lugar a la noche.
No había ni una sola alma rondando por las calles, ni humana ni pokémon, encontrándose en el área central de la ciudad, lugar donde se interceptaban las 5 calles principales.
Su mayor sorpresa fue encontrar los mismos hongos del cuartel por varias partes de las calles, propagados por las fachadas de los edificios, la vía pública y sobre los autos mal estacionados y abandonados de la plaza.
Había varios afiches pegados en los postes de luz y pórticos relacionados al “Pokémon World Tournament”, un evento que se realizó en Ciudad Fayenza el 3 de agosto del año presente 2017, con la intención de reunir a líderes de gimnasio y campeones de Kanto, Johto, Hoenn, Sinnoh y Unova en un torneo para el entretenimiento de todo el mundo pokémon.
No entendía lo que estaba pasando, no podía llegar a una respuesta lógica y que logrará satisfacer las interrogantes sobre lo que estaba sucediendo en la ciudad y posiblemente la región.
Sin previo aviso el Croagunk de Looker lo empujó, haciéndolo caer de frente contra el pavimento.
— ¡Maldito! — dijo mientras se levantaba, viendo que el pokémon del agente estaba en una posición defensiva por algo que había enfrente de ellos.
A la distancia se desplegaba la silueta de un Charizard extendiendo sus alas algo dañadas, con alguien bajando de su lomo.
Dada la distancia, Colress sólo podía apreciar la ropa del entrenador del pokémon de fuego, que llevaba puesto una chaqueta roja, un pantalón azul y una gorra roja con blanco. Sin embargo, también notó algo que le llamó mucho la atención, y era que la cola del Charizard se encontraba apagada.
El entrenador lo señaló a él y a Croagunk mientras gruñía y daba unos pasos al frente, mostrando unos ojos completamente blancos y un rostro con varias heridas profundas e infectadas sin cicatrizar con pus.
De la nada el Charizard saltó para atacarlos usando garra dragón. Colress logró esquivar el ataque gracias a Croagunk, quien lo volvió a empujar y contraatacó con demolición, protegiéndolo del dragón de fuego.
Ya teniendo al pokémon de fuego más cerca se pudo dar cuenta de su extraño aspecto. Su piel estaba bastante pálida y con muchas heridas sangrantes e infectadas, algunos cortes en las alas y unos ojos completamente blancos iguales a los de su entrenador, mientras no dejaba de salivar y masticar con sus enormes colmillos.
Sin previo aviso el entrenador se lanzó sobre Colress, quien trataba de apartarlo al ver el comportamiento errático del individuo que no dejaba de mover su cabeza para intentar morderlo.
Mantenía sus manos en el pecho del entrenador para mantener la distancia y apartarlo, evitando exponer sus extremidades a la boca salivante del individuo, que parecía que tuviera rabia.
Miró a su alrededor para buscar algo que le pudiese ayudar a derribar al extraño entrenador, encontrando una piedra que trató de alcanzar con su mano derecha, aplicando toda su fuerza en la izquierda para mantener a raya a su atacante.
Estiraba su mano lo más que podía, sintiendo las gotas de saliva caer en su rostro por los intentos desesperados del entrenador al querer morderlo, acercando su rostro putrefacto cada vez más.
Agarró la piedra y comenzó a golpear repetidas veces la cabeza del entrenador, manchando el objeto con sangre y desorientando al entrenador lo suficiente como para apartarlo y levantarse.
Sin embargo, el entrenador se levantó rápidamente para volver a atacar al científico, pese a la herida grave que tenía en su cabeza.
Colress esta vez pudo reaccionar a tiempo y bloqueó la embestida del sujeto, colocando sus manos en el pecho de este, que no dejaba de gruñir, masticar y agitar su cabeza.
No entendía lo que le pasaba a ese entrenador. Dado los numerosos golpes que le aplicó a su cráneo debía estar inconsciente o muerto, mas se movía sin descanso queriendo atacar, mostrando una fuerza sorprendente que estaba a punto de someterlo.
Croagunk se dispuso a ayudar al científico, pero el Charizard se puso en medio, aún dispuesto a pelear, pese a haber perdido ambos brazos durante su pelea previa contra el pokémon venenoso, ignorando toda la sangre que estaba perdiendo.
Colress estaba perdiendo la lucha contra el entrenador violento, al sentir un gran cansancio en sus brazos al no estar acostumbrado al trabajo físico. No podía creer toda la fuerza que tenía ese sujeto ya moribundo, que estaba a nada de morderlo.
De pronto, una silueta roja apareció en medio de ellos, separándolos y haciendo que Colress perdiera el equilibrio, cayendo en el pavimento.
Al ver a su salvador se encontró con un Scizor, que tenía su pinza derecha alrededor de la cabeza del entrenador, que se agitaba para soltarse del agarré del insecto.
— ¡Garra metal! — dijo una voz masculina detrás de Colress.
Scizor obedeció y realizó el movimiento, aplastando la cabeza del entrenador con su pinza, manchando su rostro con sangre para luego dejar caer el cuerpo del sujeto en el suelo.
— ¡Vámonos! — dijo la persona dueña del Scizor, jalando del brazo a Colress para poder escapar.
Era un joven de alrededor de 20 años, que llevaba puesto un traje de sanitización verde y una máscara de gas negra, además de un bolso negro colgando de su hombro derecho.
— ¡Scizor, toma a Croagunk! —
El pokémon insecto usó su velocidad para tomar al pokémon boca tóxica, que yacía tendido en el suelo tras perder contra el monstruoso pokémon llama.
Charizard no iba a dejar que se escaparan, por lo que usó sus alas dañadas para impulsarse en el aire y quedar enfrente de Colress y sus salvadores, gruñendo y extendiendo sus alas a modo de intimidación, lanzándose para atacar.
El Scizor bloqueó la mordida del pokémon de fuego con su pinza, que estaba aplicando una gran cantidad de fuerza para romper el exoesqueleto metálico del pokémon insecto.
— ¡Tajo umbrío! — ordenó el entrenador del pokémon insecto, evitando ver al Charizard.
De un movimiento fugaz el Scizor partió en dos la cabeza del Charizard, que permaneció en pie por unos segundos hasta caer inerte en el suelo.
— Debemos darnos prisa — dijo el sujeto de traje verde mirando el cielo — Van a aparecer más de ellos.
— ¿De quiénes estás hablando? — preguntó el científico, deteniéndose — ¿Qué está sucediendo aquí?
— No hay tiempo para explicaciones — dijo una voz más grave enfrente de ellos.
El dueño de la voz era un hombre alto, vestido de igual forma que el joven, sólo que venía acompañado por un gran Dragonite.
— Tenemos que dirigirnos a la Zona Desierto —
El antiguo científico del Equipo Plasma fue llevado en el lomo del Dragonite, volando a una baja altitud desde Ciudad Porcelana hasta una pequeña base construida en medio de la Zona Desierto antes del anochecer.
Los dos individuos que lo salvaron en la capital de Unova resultaron ser Bugsy y Lance, líder de gimnasio y campeón de Johto respectivamente, con el primero especializado en los pokémon de tipo bicho y el segundo en los de tipo dragón.
Su base estaba construida con restos de ladrillos del lugar y partes de pokémon de tipo acero cómo brazos de Metagross, una cabeza de Steelix, además de partes de Magnezone, Klinklang, Aggron, entre otros.
Al llegar fueron recibidos por 4 personas, Drayden, líder de tipo dragón de Unova; Winona, líder de tipo volador de Hoenn; Roxie, líder de tipo veneno de Unova, y Surge, líder de tipo eléctrico de Kanto. Todos vestidos de igual manera que Lance y Bugsy, sanitizando tanto a ellos como a sus pokémon y encerrando a Colress en un cuarto de vidrio templado no sin antes sanitizarlo a él también.
— ¿Tuvieron suerte? — preguntó Drayden, recibiendo el bolso de Bugsy para sacar varios alimentos.
— Pudimos encontrar algunos alimentos, pero el área central dejará de ser nuestra fuente de abasto en poco tiempo — dijo Bugsy, dirigiéndose a una mesa donde había una laptop, tubos de ensayo con varios químicos y un microscopio.
— Tendremos que buscar en Ciudad Mayólica, si nos adentramos más en Ciudad Porcelana podría ser peligroso — explicó Lance, sentándose en el suelo para descansar un poco junto a Croagunk.
Bugsy revisaba la computadora que tenía un registro de la densidad poblacional de los individuos erráticos de Ciudad Porcelana y Ciudad Mayólica, y que de igual forma servía cómo un medio para intentar comunicarse con el resto del mundo.
— ¿Hubo algún resultado de comunicación? — preguntó Bugsy agregando datos en la laptop.
— Logramos comunicarnos con la Fundación Æther, y al parecer Alola también fue abatida por el virus — dijo Winona — Ocurrió lo mismo con Galar antes de que perdiéramos la comunicación con ambas regiones, necesitamos conseguir un amplificador de frecuencia.
Ya las 8 regiones más importantes del mundo pokémon habían sucumbido a lo que se había originado en Unova, poniendo en jaque a los humanos y pokémon.
— A todo esto, ¿Por qué lo trajeron a él? — preguntó Surge, señalando a Colress con desconfianza — Podría estar infectado.
— Por lo que tengo entendido es uno de los científicos más brillantes del mundo, aun cuando se alió con un grupo villano — dijo Bugsy en tono serio, parándose enfrente de Colress que sentado en el piso detrás del vidrio templado — Tal vez pueda ayudarnos a conseguir una cura, estoy seguro de que tiene una idea general de lo que está pasando.
— Mmm… un 75% para ser más exactos — dijo el rubio bastante calmado — Un patógeno que daña y corrompe el sistema nervioso fue liberado hace unas 2 o 3 semanas en Unova, afectando a humanos y a ciertos pokémon — viendo los alrededores y al Croagunk de Looker — Dado que la infección se transmite por mordeduras o esporas en el aire y de la gran cantidad de hongos dispersos por todas partes, el responsable sería un Paras o un Parasect — mirando detenidamente a Bugsy, conociendo la especialización del joven.
— Un Parasect de hecho — dijo Roxie, poniéndose en medio de Bugsy y Colress al ver que el primero se encontraba algo tenso por el último comentario del científico.
Bugsy se alejó un poco para relajarse un poco y poder centrarse en lo de mayor relevancia, encontrar una cura para ese virus parasitario.
En parte sentía bastante responsabilidad al ser la autoridad de los pokémon de tipo insecto, pudiendo haber prevenido todo lo que estaba pasando.
— Interesante, el hongo busca propagarse y reproducirse — dijo Colress recordando todos los hongos que vio en la ciudad y el comportamiento errático del entrenador y su Charizard — por eso ataca directamente al cerebro convirtiendo a sus huéspedes en muertos vivientes.
— ¿Se te ocurre alguna forma de eliminar a esos parásitos? — preguntó Winona.
— Habría que buscar un gen inmunológico en la sangre de los pokémon tipo veneno, o una mezcla de gases capaces de eliminar al hongo sin dañar la corteza cerebral — explicó el científico — pero con los recursos que tienen aquí, es prácticamente imposible.
Dicho comentario los desanimó. Colress se veía como la última esperanza para poder acabar con esa pesadilla viviente, sin embargo, el equipo que necesitaban no estaba a su alcance, ya que no podían movilizarse libremente por la región ni por el mundo sin arriesgarse.
Habían sobrevivido todo ese tiempo con la esperanza de conseguir una cura para ese virus que les había arrebatado a sus compañeros y seres queridos.
Pese a todo, Drayden seguía firme en mantener la luz en la oscuridad sin perder esa esperanza, algo que sus amigos y compañeros caídos no querrían que perdiera. Tenía que mantenerla, por los que estaban con él, y por aquellos que no, recordando especialmente a su nieta y alumna Iris.
— El laboratorio de la profesora Juniper queda demasiado lejos de aquí — dijo el líder de Ciudad Caolín — pero, tenía entendido que el Equipo Plasma posee un laboratorio en una isla al sureste de Unova, donde estaban realizando experimentos con un fósil desconocido.
— Laboratorio 2P, nada mal, pero para llegar hasta allí las únicas opciones son por vía marítima o aérea — dijo el rubio — Sus pokémon voladores no podrían soportar el tramo, y tampoco tienen un barco a disposición.
— Podemos conseguir uno en los muelles de Ciudad Porcelana — dijo tranquilamente el hombre mayor.
— Jajajajaja — rio de forma burlesca a su idea — Los grandes edificios al sur y centro de la ciudad les proporcionan a los hongos la luz y humedad necesaria para propagarse más rápido, habrá una mayor concentración de esporas y de esas cosas, sería un suicidio.
— No tenemos nada que perder en nuestra situación actual — dijo Drayden firmemente con el resto del grupo detrás de él, apoyándolo — y me resulta extraño que el científico que experimentó con el pokémon legendario Kyurem, no tomé el riesgo por una investigación tan grande como lo es una cura para este apocalipsis, tal vez no estás a la altura para este desafío.
Colress pensó en lo que Drayden le dijo, cada variante, cada pro y contra y cada posibilidad que significaba el adentrarse a la guarida de los zombies. Pero sobre todo se centró en los comentarios hacia su orgullo como científico, siendo una provocación que podía verse claramente por la poca sutileza, pero que de igual forma tenía un efecto en él por aceptar dicho desafío.
— Muy astuto viejo — dijo Colress frente a los argumentos del alcalde de Ciudad Caolín — Es una locura, pero acepto tu plan. Aunque sólo quiero decirles que hay un 10% de probabilidad de éxito.
— Mientras no sea 0% todavía es posible — dijo Drayden.
El grupo partió temprano aprovechando el clima de la Zona Desierto y del sol, entregándole a Colress un traje de sanitización y una máscara para protegerse de la acumulación de esporas en el aire, al igual que prepararon varias provisiones y los pokémon adecuados en caso de un combate.
Gracias al Skarmory de Winona, el Dragonite de Lance y Scizor de Bugsy lograron llegar a la entrada de Ciudad Porcelana, siguiendo el camino a pie por fatiga de los pokémon voladores y evitar algún ataque aéreo producto de los pokémon zombies en el sur de la ciudad.
Caminaban en formación de cruz, Winona adelante junto a Croagunk, seguidos por Drayden, luego por Colress que tenía a Bugsy a su derecha y Lance a su izquierda. Detrás del científico iba Roxie y al final de la formación estaba Surge, siendo este último quien sugirió dicha formación para mantenerse seguros.
— ¿Logras ver algo Winona? — preguntó Drayden a la líder de Hoenn.
— Sólo hongos — contestó la aeronáutica — Nada de movimiento todavía.
El único sonido que podían escuchar era el de sus respiraciones y el viento que recorría las vacías calles de la ciudad, que en un escenario normal estarían repletas de personas y de pokémon circulando por doquier.
— ¿Qué clase de experimentos realizaban con ese fósil? — preguntó Bugsy respecto a los experimentos del Equipo Plasma en el laboratorio.
— Nuestra intención era modificarlo para conseguir un arma versátil y perfecta integrando en su cuerpo la más alta tecnología — respondió sinceramente Colress — Aunque en ese laboratorio también estábamos recreando los experimentos que el Equipo Rocket hizo con el ADN de Mew hace 8 años atrás.
— Mewtwo — dijo Lance, recordando los atroces acontecimientos que la antigua organización criminal había causado junto al pokémon artificial en su región y en Kanto.
— Exacto — dijo el científico, interesado en llegar al Laboratorio 2P no sólo para encontrar la cura, sino también para seguir experimentando con ambos pokémon artificiales que se hallaban en el lugar.
Al llegar a la intersección de las cuatro calles que conducían a los diferentes muelles se encontraron con los cuerpos del entrenador y del Charizard que el día anterior habían atacado a Colress y a Croagunk, ahora con una piel más podrida y con varios hongos creciendo por las heridas y rastros de sangre, cumpliendo con el ciclo de propagación del virus.
— Lo siento — pensó Bugsy con lástima mientras él y su grupo se detenían un momento al lado del entrenador.
Dicho entrenador fue en vida el más fuerte e importante de Kanto, habiendo ganado la Liga Pokémon de dicha región y manteniéndose hasta la muerte como el campeón de esta, siendo un símbolo de determinismo para todo el mundo, enseñándoles a nunca rendirse y a seguir adelante, siendo una lección que debían poner a prueba ahora.
— Red — pensó Surge, triste por ver el destino final de su compañero de Kanto.
Bugsy sentía una gran culpa al ver el cuerpo sin vida de Red, no solamente por haber sido quien lo mató, sino algo mucho más interior, una culpa que le provocaba un enorme nudo en la garganta, sintiendo que él pudo haber prevenido todo lo que estaba pasando.
Todos se quedaron un momento velando por el cuerpo del campeón, para terminar por hacer una X en sus pechos en señal de respeto y suplica a Arceus para que su alma pueda descansar en paz como la de todos los demás que perecieron a manos del virus.
Siguieron con su recorrido, con sus mentes centradas en llegar a los muelles para tomar un barco y zarpar hacía el Laboratorio 2P, manteniendo seguro a Colress.
Winona se detuvo antes de cruzar por la Calle de la Moda, el trayecto más corto y que les iba a facilitar llegar hasta los muelles.
— No habrá vuelta atrás, estén alertas ante cualquier movimiento extraño o sonido — dijo el líder de Ciudad Caolín, fungiendo como el jefe del grupo.
El resto del grupo asintió y siguieron a la líder de Hoenn, estando al frente por su vista y sentidos agudizados por el constante entrenamiento aéreo que realizaba al especializarse en los pokémon de tipo volador.
Al avanzar por la calle apreciaron lo degradados que se encontraban las fachadas de los edificios, cubiertos de hongos que una vez fueron personas y pokémon comunes y corrientes, al igual que en las calles y vehículos.
Surge se encargaba de vigilar la retaguardia en caso de algún ataque, ya estando acostumbrado por su expediente militar en combate de campo.
Lance y Bugsy vigilaban los costados, viendo las ventanas y entradas de los edificios para estar listos frente a cualquier anomalía, teniendo como objetivo primordial el mantener a Colress a salvo ante cualquier peligro.
Ninguno decía nada, estaban concentrados en observar y analizar su entorno en caso de peligro, avanzando de tal forma de no llamar la atención de posibles zombies que vean en ellos la posibilidad de propagar los hongos.
Había bastante silencio, todo estaba muy tranquilo y en paz, no estaba la típica contaminación acústica que era característica de Ciudad Porcelana, todo se sentía tan libre de dichos sonidos de bocinas y bullicio desenfrenado de las personas.
La temperatura era más baja producto de la poca exposición a la luz solar y a los hongos que generaban una atmósfera húmeda para poder reproducirse más rápido y liberar más esporas, que poco a poco se volvían más visibles habiendo una mayor concentración de ellas en el aire.
Sus trajes eran únicamente para protegerlos de las esporas, pero eran inútiles frente al frío que sentían, siendo Winona, Drayden y Surge los más resistentes a las bajas temperaturas dado a sus diversos entrenamientos y oficios.
Un quejido y un leve golpe en el suelo fueron suficientes para romper con el silencio y la tranquilidad que se estaba construyendo. Al mirar hacia atrás encontraron que el responsable era Surge, que estaba arrodillado y agarrando su pierna derecha que no dejaba de sangrar mientras aguantaba el gritar de dolor.
Unos gruñidos llamaron la atención del grupo encontrando a Burgh, el líder de gimnasio de la ciudad acompañado de su Leavanny saliendo de un edificio. Ambos tenían los ojos blancos con una piel podrida y ensangrentada, con el líder faltándole el brazo izquierdo y el pokémon insecto desplegando sus hojas afiladas para atacar.
Del edificio comenzaron a salir más humanos y pokémon infectados, entre ellos Roark y su Rampardos que al ver al grupo de Surge se lanzaron al ataque de inmediato.
— ¡Protección! — ordenó Surge sacando a su Electivire.
El pokémon eléctrico creó un enorme campo de fuerza en medio de la calle, bloqueando el paso de los zombies que no dejaban de atacar desesperadamente la barrera, golpeando, mordiendo y dando cabezazos.
— ¡Corran! — dijo el sargento al ver que la barrera no iba a durar mucho y que su traje se había rasgado producto del ataque del Leavanny — ¡¡Corran!!
Con frustración acataron la orden de Surge, siguiendo su recorrido dejándolo contener a los infectados junto a su pokémon.
Surge se levantó con dificultad, listo para retener a los zombies en cuanto la barrera desapareciera, enfocado en ganar todo el tiempo posible para sus compañeros.
— Prepárate compañero — dijo al ver que su Electivire no podía aguantar más, parándose con firmeza en el suelo aguantando el dolor de su pierna — No hay que rendirse ahora — pensó.
Al momento de romperse el campo de fuerza los zombies se abalanzaron contra Surge y Electivire, quienes se mantuvieron firmes deteniendo el paso de estos, con el pokémon usando puño fuego para mantenerlos a raya lo más que podía y el humano repartiendo golpes aplicando toda su fuerza en cada puño.
Pese a sus esfuerzos, estaban recibiendo varias mordidas en los brazos y piernas, con los infectados arrancándoles trozos de carne causando hemorragias graves, exponiendo más a Surge a las esporas.
Comenzaba a sentir los efectos tanto del virus como del desangramiento en sus múltiples heridas. Sin embargo, no podía dejarlos avanzar, sus compañeros debían llegar a los muelles sanos y salvos por el bien de todo el mundo, a estas alturas su vida era insignificante en comparación con todo el mundo.
Cerró los ojos a la vez que respiraba profundamente y se dejaba llevar por la ola zombie diciendo unas últimas palabras.
— ¡TRUENO! — ordenó el líder.
Bugsy y compañía sintieron un fuerte haz de luz caer donde se encontraban Surge y Electivire, volteando rápidamente para ver que el trueno había dejado paralizados a los infectados, pero también al líder y a su pokémon.
Aun con esa imagen en sus mentes del cuerpo inerte de Surge en el pavimento debían seguir, pues la luz del trueno generó que más pokémon y humanos infectados salieran de los edificios para atacarlos.
— ¡Púas tóxicas! — ordenó Roxie sacando a su Whirlipede.
El pokémon insecto/veneno lanzó una bomba tóxica que al hacer contacto con el suelo envenenó a los zombies que se estaban acercando, dándoles la oportunidad al grupo de poder escapar. El Croagunk de Looker igual ayudó usando ataques tipo veneno a distancia para mantener alejados a los zombies y proteger a los humanos.
El veneno no mataba a los infectados, pero si los debilitaba momentáneamente, siendo una ventaja que la líder de tipo veneno conocía y estaba aprovechando.
No obstante, una pedrada fue lanzada justo cerca de ella, golpeando el rostro de la líder de Ciudad Arborada, rompiendo su máscara de gas y tirándole al suelo.
Unos 3 Boldore infectados la rodearon, Winona intentó sacar a su Skarmory, pero los pokémon de tipo roca comenzaron a desmembrarla, arrancándole sus brazos y piernas frente a la mirada horrorizada de sus compañeros que continuaron corriendo hacía los muelles, escuchando como los gritos de dolor de Winona comenzaban a silenciarse lentamente.
Corrían esquivando varios ataques de pokémon que iban dirigidos hacía ellos, al igual que de humanos infectados controlados por los hongos, erráticos intentando morderlos. El efecto de envenenamiento estaba dejando de hacer efecto en ellos y estaban apareciendo más y más, comenzando a rodear al grupo.
— ¡Púas tóxicas! — ordenó de nuevo Roxie, haciendo que su Whirlipede volviera a usar su ataque contra la calle para envenenar a los zombies, siendo apoyado por Croagunk que usaba bomba lodo.
Cada vez estaba más cerca de llegar a los muelles, logrando sentir la brisa del mar que iba limpiando la atmósfera de la gran concentración de esporas de los hongos en el aire.
Sin embargo, todo el grupo fue golpeado por una potente hidrobomba lanzándolos a varios metros de distancia una vez llegaron a su destino.
A pasos torpes comenzaba a mostrarse una figura humana junto a la de un gran pokémon, siendo el líder del gimnasio de Ciudad Verde, Green acompañado de su Blastoise.
El líder gruñía mostrando los dientes mientras miraba al grupo de sobrevivientes con sus ojos blancos y muertos. El Blastoise del entrenador le imitaba las acciones, con su piel bastante podrida y con múltiples cicatrices, además de su caparazón cubierto de hongos que seguían creciendo sobre él y sus cañones algo dañados.
El grupo rápidamente se levantó, con Bugsy, Roxie, Croagunk y Colress buscando el barco más cercano para poder subirse en él y escapar, mientras que los entrenadores dragón se colocaban a la defensiva listos para combatir y defender a sus compañeros.
— ¡Rápido, busquen un barco! — ordenó Lance sacando a su Dragonite mientras que Drayden imitaba su acción, sacando a su Haxorus.
Roxie y los demás asintieron para dirigirse al Muelle Unidad en busca de un barco en funcionamiento, no sin antes pedirle a su Whirlipede que volviera a usar púas tóxicas como apoyo.
Varios zombies comenzaron a juntarse en la salida de la calle con dirección a los muelles, envenenándose en el proceso.
Green señaló a los entrenadores que se dirigían al Muelle Unidad con su mano derecha ya carcomida, ordenando a su Blastoise que atacará.
El pokémon armazón apuntó con sus cañones para atacar otra vez con hidrobomba contra Colress y los demás.
— ¡Cola dragón! — ordenó Drayden, haciendo que Haxorus bloqueará el ataque del Blastoise — ¡Enfado!
Los ojos del pokémon de Drayden se volvieron rojos, para luego lanzarse salvajemente contra la horda zombie usando sus garras y colmillos para despedazar a los infectados, bañándose en sangre mientras se protegía de los ataques y las mordidas de los zombies gracias a su dura armadura.
— ¡Llamarada! — ordenó Lance.
El Dragonite del campeón de Johto se elevó y lanzó una intensa ráfaga de fuego donde se encontraban Haxorus y los zombies, quemando a los infectados que solamente podían gruñir y seguir atacando mientras lentamente se volvían cenizas.
Dado el espacio más amplio que tenían, los maestros dragón podían sacar a relucir todo su poder sin preocuparse de causarle daño a sus aliados.
No obstante, un poderoso trueno golpeó a Dragonite haciéndolo caer al suelo. El responsable era un Luxray que se movía fuera de las llamas junto a su entrenador, usando protección para protegerlos del fuego.
El entrenador era Volkner, líder de gimnasio de Sinnoh especializado en los pokémon de tipo eléctrico. Tenía la piel verde con varias heridas y su ojo derecho faltante, teniendo además su mandíbula más abierta de lo normal sin dejar de salivar.
Entre las llamas salía también Blastoise junto a Green, logrando sobrevivir gracias al giros rápidos del pokémon de tipo agua.
Paralelo a eso, Bugsy junto a Colress y Roxie buscaban algún barco en el muelle que funcionara y tuviera el suficiente combustible para realizar el viaje al Laboratorio 2P. Croagunk, Whirlipede y Scizor los protegían al mantener alejados a los zombies que se acercaban por cielo, mar y tierra.
— ¡Hiperrayo! — ordenó Lance.
Dragonite lanzó un poderoso rayo de energía naranja hacía Blastoise y su entrenador, quienes se salvaron del ataque por el movimiento protección del pokémon de Green.
El líder de Ciudad Verde y su pokémon aprovecharon que Dragonite debía recuperarse para ir a atacar, con Green abalanzándose contra Lance para intentar morderlo.
Dragonite intentó asistir a su entrenador, pero en su descuido Blastoise aprovechó para teclearlo y arrancarle el ala izquierda de un mordisco. El dragón gruñó de dolor al sentir que el pokémon infectado le estaba arrancando trozos de piel para alimentarse y transmitir el virus tal y como quería el hongo.
Lance forcejeaba con Green encima suyo, escuchando los sollozos de su Dragonite que no cesaban. En un acto de furia golpeó con su rodilla el abdomen de Green repetidas veces hasta lograr levantarse y dejar al infectado líder de gimnasio en el suelo.
Estaba desesperado y harto de todo lo que estaba pasando, siendo el daño a su pokémon insignia la gota que rebasó el vaso. Dominado por la rabia comenzó a pisar la cabeza de Green, que se encontraba todavía en el suelo, pisándola con tanta fuerza que terminó por reventar en sesos, esporas y sangres.
Aun viendo el cuerpo inmóvil y sin cabeza de Green en el piso, Lance continuó pisando los restos de la cabeza del líder con lágrimas en los ojos por la culpa y la rabia que sentía.
Al estar tan centrado en su acción contra Green, no se percató de la presencia del Blastoise que lo atacó con un potente cabezazo que lo mandó a volar, terminando por caer al agua.
La potencia fue equiparable a chocar con un auto a toda velocidad, sintiendo dicha fuerza en cada hueso y músculo de su cuerpo.
— ¡¡LANCE!! — gritó preocupado Drayden al ver al campeón de Johto hundirse en el agua.
— No, no Lance — pensó preocupado Bugsy mientras con Colress intentaban encender el motor de un pequeño barco pesquero con la capacidad suficiente para transportarlos a todos.
Roxie mientras ordenaba a Scizor, Croagunk y a Whirlipede de atacar a los zombies que se acercaban, pero su pokémon cayó muerto al ser atravesado por el fuerte golpe de Crasher Wake, que se estaba acercando al barco pesquero con varios hongos alojados en la cabeza.
— ¡Rápido, escapen! — dijo Drayden derribando a Crasher Wake con un golpe en la espalda.
Su Haxorus detenía el paso de los demás zombies que seguían viniendo cada vez más, recibiendo mordidas y cortes por parte del Luxray de Volkner que no atravesaban su dura piel, pero que aun así lo estaban cansando por los constantes ataques.
El motor logró prender, Colress y Bugsy rápidamente se dirigieron a la cabina para iniciar el trayecto, con Roxie y los pokémon subiéndose al barco en movimiento.
— ¡¡Señor Drayden!! — dijo preocupada Roxie viendo que el líder de Ciudad Caolín seguía peleando en el Muelle Unidad a puño limpio con Crasher Wake infectado y otros zombies que se acercaban.
— ¡VAYANSE…! — ordenó Drayden viendo como el barco estaba dejando el muelle para adentrarse a mar abierto.
Con una llave de lucha logró tirar a Crasher Wake al agua, pero aún tenía a más zombies enfrente de él.
Estaba cansado, pese a su entrenamiento físico su edad no le permitía tanto. Su traje de sanitización estaba muy maltratado con varias rasgaduras en las zonas de los brazos y los hombros.
Se quitó la máscara de gas y dio un largo respiró antes de prepararse para arremeter contra la horda que se estaba acercando.
— No tengo nada que perder —
El grupo que logró escapar ya se encontraba lejos de Ciudad Porcelana, sin ningún ser infectado a la vista ni en el cielo ni en el agua, usando el veneno de Croagunk para cubrir algunas zonas del barco y repeler a posibles zombies.
Colress permanecía en la cabina mientras que Bugsy y Roxie estaban sentados en la cubierta sin decir ni una sola palabra.
— Tiempo de llegada, 30 minutos — dijo el científico apareciendo en la cubierta del barco, habiendo dejado el piloto automático encendido.
No hubo reacción por parte de los líderes, a pesar de estar tan cerca de poder conseguir una cura a la pesadilla viviente, no estaban de ánimo por todo lo que tuvieron que perder para conseguirla.
— Les tengo envidia — dijo el rubio sentándose en medio de los líderes — Ustedes han perdido a muchos seres queridos, familiares y amigos.
— ¡¿Por qué envidiarías algo como eso?! — dijo Bugsy levantándose agresivamente por el comentario de Colress.
— Lo que me motiva a seguir con vida y seguir adelante son mis investigaciones, mi propio interés — dijo Colress — pero a ustedes los motiva algo diferente. A ustedes los motiva la voluntad de sus seres amados, el seguir adelante y mantener la esperanza. Ese es un peso que mis hombros nunca han sentido, pero que ustedes sienten, y eso los hace fuertes.
Bugsy se calmó al escuchar lo dicho por Colress, pensando que por algo era una de las mentes más brillantes del mundo y la esperanza de este, y que debía mantenerlo a salvo para regresar al mundo pokémon al que una vez fue, uno en el que sus amigos y familiares estarían felices de habitar, tenía que seguir adelante por todos ellos.
Colress, Roxie y él eran la salvación del mundo, y estaban a tan solo media hora de poder salvarlo.
Todo el laboratorio estaba en ruinas con el techo destruido, varios artefactos quemados sin poder funcionar y algunos pokémon de la zona infectados por el virus del hongo.
Sin embargo, había algo más. Una silueta parada en la costa este de la isla, estando completamente quieto, siendo el Mewtwo creado por el Equipo Plasma ya zombificado, sintiendo la presencia de 3 individuos que se acercaban a la isla.
![[Imagen: APTHhOg.jpg]](https://i.imgur.com/APTHhOg.jpg)