Longfic- Gen Berserk - Temporada Final

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FranquiciaCoregames
GéneroAcciónMisterio
Resumen

Luna Llena.

AdvertenciaViolenciaMutilacionesTrastornos mentales
#1
Gen Bersérk
 
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Índice:
Primera Temporada:
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#2
Gen Bersérk
 
Oh, gran Señor de los Cielos,
concédenos nuestros deseos.
Pues grande es tu misericordia,
así como justa es tu Sentencia.
 
[Imagen: ehOhwkn.jpg]

Prólogo: Deseo Impulsivo.
 
  
—¿Vas a intentar capturarlo?

—Aún no lo he decidido.

Cruzándose de brazos, la chica del gorro escarlata se quedó observándolo con una expresión condescendiente, casi burlona. La nieve se acumulaba en el techo de la galería a las afueras del Centro Pokémon, el único lugar de Ciudad Snowbelle donde uno podía quedarse en el exterior por más de cinco minutos sin morirse de una hipotermia.

Sin embargo, a su vecina de Vaniville no parecía importarle en lo más mínimo el clima. Sintió un leve escalofrío al ver sus piernas y brazos completamente descubiertos. ¿Acaso no tenía frío?

—¿Qué pasa? —preguntó, un tanto molesto al percatarse de su mirada.

—No sabía que el Campeón de Kalos era un cobarde, eso es todo —replicó con mordacidad—. Yo sólo te digo: si tardas mucho en tomar una decisión, quizás alguien se te adelante…

—No estoy siendo un cobarde. Y sabes muy bien por qué no quiero hacerlo. Wulfric sólo quiere que lo dejemos en paz.

El líder se los había dicho. En la Villa Pokémon al sur de la ciudad, pasando la ruta 20 y aquel condenado bosque, se encontraba una extraña bestia. Escondida en una cueva, su único deseo el de vivir en tranquilidad.

“La mayoría de los Pokémon que viven aquí son fugitivos – escaparon de gente que los trataba de una manera horrible. Algunos de ellos, sin embargo… son tan increíblemente fuertes que incluso ellos mismos se percataron de que no había lugar en el mundo exterior para ellos.”

—Es sólo que no creo que tu compañía sea algo perjudicial para él. Ella también es una bestia, y sin embargo no la veo muy infeliz estando bajo tu cuidado. ¿Cuánto más vas a entrenarla?

Ambos miraron hacia el campo de batalla en el patio trasero. Uno de sus Pokémon practicaba sus ataques de fuego con una potencia tan temible que mantenía el ambiente entero despejado de nieve. Frente a ella, su oponente no paraba de transformarse continuamente frente a sus ojos.

—No he visto ningún progreso en sus ataques en varias semanas. Realmente creo que hemos alcanzado el límite de sus capacidades. ¿Tú crees…?

—Definitivamente —lo interrumpió ella sin dudarlo—. Ha estado en esa cueva desde nuestra carrera por las medallas, y tú no te has detenido ni un instante desde el primer día.

 
Mewtwo no tiene ninguna oportunidad frente a ustedes.
 

  
El reflejo de la luna se asomaba débilmente por la ventana de su habitación. Solo y en silencio, sujetaba la Pokéball de su miembro más fuerte del equipo. Sólo tenía que atravesar el bosque y entrar en aquella pequeña gruta al oeste de la villa. Pero había algo en su interior que se lo impedía. Deseaba hablar con Wulfric para finalmente tomar una decisión, pero no había encontrado ni un rastro del líder en toda la semana que se había pasado estancado en Snowbelle. Era casi como si el destino lo estuviera obligando a tomar la decisión por su cuenta.

Capturarlo. No capturarlo. ¿Cuál era la mejor alternativa? No hacerlo era la opción moralmente correcta, respetando la opinión de Wulfric. Sin embargo, atraparlo significaría una adición increíble a la fuerza de su equipo. Había tratado de convencerse de que iba a dejarlo tranquilo, pero las palabras de Serena no paraban de resonarle en su cabeza.

Si no lo atrapaba él, alguien más lo haría. Y los rumores de que un extraño Pokémon se encontraba escondido más allá de los Bosques Errantes habían comenzado a filtrarse lentamente: las súbitas emergencias en el Centro Pokémon eran la clara prueba de ello.

Golpeó la esfera contra su frente un par de veces, juntando el coraje para hacerlo. Y finalmente se levantó. En medio de la noche y con la luz de su Pokémon como única guía, se adentró en el bosque. Era curioso como el frío de la ciudad parecía desaparecer en el mismo momento en que se alejaba de ella. Quizás el mismo Wulfric mantenía la ciudad helada con sus Pokémon, para así espantar a los entrenadores de aventurarse demasiado hacia el sur.

Había algo inquietante en aquel lugar. La última vez que había tenido esa sensación había sido en la arboleda al sur de Ciudad Laverre. Sin embargo, en aquella ocasión el ambiente tenebroso era el atractivo del lugar, junto con la casa encantada.

Las llamas de Fuego Fatuo de su Pokémon no ayudaban a tranquilizarlo. Volando sobre sus cabezas de una forma un tanto espeluznante, ambos avanzaron de forma lenta pero segura por el laberíntico follaje. Y en un último giro hacia el oeste, un enorme claro se abrió frente a sus ojos.

La Villa Pokémon no era tan inquietante como el bosque, pero aún así la ausencia de sus habitantes mantenía a ambos atentos hasta al más mínimo sonido. Pasando una pequeña colina hacia el norte, se encontraba la pequeña gruta en la que supuestamente Mewtwo descansaba.

—Mantente alerta, chica —masculló, mientras se asomaba con suma lentitud en la entrada.

Realmente deberían haber venido de día. Pensó que quizás sorprenderlo en medio de la noche haría que sus movimientos sean un poco más torpes. Ah, qué equivocado que estaba.

 

 
Lo único que alcanzo a divisar fue un par de ojos brillando en la oscuridad, acercándose a una velocidad demencial en dirección a su cara. No alcanzó a echarse hacia atrás: sólo logro trastabillar un par de pasos antes de que saliera volando hacia un lado con una fuerza irresistible.

Trató de darle una orden a su Pokémon, pero la caída le cortó la respiración. El débil resplandor de la luna le permitía ver todo con claridad. Rodando cuesta abajo, ella había interceptado a Mewtwo, el cual trataba de zafarse desesperadamente para abalanzarse sobre él.

La única razón por la cual aquel monstruo no lo había matado era por los reflejos de su compañera, y el hecho de que ambos eran capaces de contrarrestar la fuerza psíquica del otro. Mewtwo no estaba actuando de una forma natural. Parecía un monstruo feral, casi salvaje, lo que se contradecía con todo lo que le había contado el líder acerca de él.

Sus manos se cerraron rápidamente sobre las pequeñas esferas en sus bolsillos. Mewtwo había ido directamente por él, el Entrenador, lo que significaba que sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Sin embargo, acercarse demasiado a él sólo lograría que terminara dentro de una Ultraball.

—¡Ven aquí, bastardo! —gritó con todas sus fuerzas, colocándose detrás de uno de los basureros que se encontraban desperdigados por toda la villa.

El efecto fue inmediato. El rostro de Mewtwo se contorsionó con violencia, para acto seguido empujar a su Pokémon con una mano de tres dedos y lanzarse en línea recta hacia él. Ni siquiera trató de esquivar la esfera que chocó contra su cuerpo, pero sus movimientos eran tan rápidos que alcanzó a ver aquella mirada diabólica asomarse encima del basurero antes de transformarse en energía de color rojizo.

Apenas alcanzó a darle un suspiro: la Ultraball ni siquiera se agitó una vez. Mewtwo reapareció con un chillido que agitó los árboles más cercanos, mandando a volar el basurero con una sacudida de su mano. Para el momento en que se encontró descubierto, su plan ya había funcionado.

Una estrella llameante de cinco puntas chocó contra la espalda de la bestia, mandándola a volar por encima de él. Apuntándolo con su varita y plantada en posición de ataque, los ojos de su compañera ardían de odio.

Podían hacerlo.

Había agotado de forma rutinaria el stock de Ultraballs que llegaban todos los días a Snowbelle. Calculaba que tendría casi un centenar a estas alturas. Pero a pesar de eso, las esferas seguían quebrándose ante la voluntad de Mewtwo.

Podía ser "increíblemente fuerte”, pero también era increíblemente predecible. ¿Qué estaba pasando? Los movimientos de su Pokémon acertaban uno tras otro, pues Mewtwo seguía empecinado en enfocarse en él y no en la verdadera amenaza.

—¡Sigue atacando! Ya no tiene escapatoria.

Y en cada Ultraball menos, un ataque más impactaba contra su cuerpo. Sus movimientos eran cada vez más lentos. Sus chillidos eran cada vez más débiles, mientras retrocedía cada vez más hacia el interior de la gruta. Pero incluso así, acorralado y hasta el último aliento, Mewtwo se rehusó a ser capturado. Cubierto de quemaduras y completamente agotado de energía, la bestia cayó para no volver a levantarse.

Una última Ultraball rebotó contra su cuerpo tumbado en el suelo. Pero ésta no pareció detectar ninguna criatura.

 

 
—No hubo nada que pudiéramos hacer, Arya: era él o nosotros. No te preocupes, hiciste un gran trabajo.

Se mordió el labio con preocupación, mientras rociaba una Hiperpoción sobre su compañera para calmar el dolor de sus heridas. Existían sólo dos ocasiones por las cuales una Pokéball no capturaría a su objetivo. Una era si ese Pokémon ya tenía dueño. La segunda… si estaba muerto.

No se sentía particularmente feliz por haber sido capaz de derrotar al Pokémon más fuerte de Kalos. Eso sólo probaba que su teoría era cierta: la líder de su equipo había alcanzado su máximo potencial como especie. Retrocedió hacia el exterior de la Cueva Desconocida, sin quitarle los ojos de encima a Mewtwo. Pero en el momento que uno de sus pies tocó el exterior, toda luz se desvaneció.

“Oh sí, qué idea tan genial: ¡lo han matado! ¿Qué rayos vamos a hacer ahora?”

Era como el Destello de un Pokémon, pero con oscuridad en lugar de luz. No podía ver nada, pues era como encontrarse en el vacío mismo. Y para empeorarlo, aquellas voces apenas podían oírse. Trató de forcejear y gritar, pero nada sucedió.

“No me mires a mí, culpa a esa maldita Delphox.”

¿Me hiciste tomar la forma de esa humana para esto? Tenía un Absol: a estas alturas ya se debe haber percatado de lo que estaba pasando.”

“No hay nada que podamos hacer: ambos sabíamos que eventualmente se convertiría en la presa. Aunque ya que está aquí, deberíamos darle al humano otra utilidad.”

Estaban hablando de él. ¿De quién más sería, sino? Se sentía como si estuviera quedado atrapado dentro de una Zona Mágica de su compañera. Apenas alcanzó a sentir una brisa, y un escalofrío le corrió por el cuerpo al sentir como aquellas voces cuchicheaban junto a su oído.

“Todos aman al nuevo Campeón de Kalos. El salvador de su amada región.”

“Aquel que logró eliminar a la amenaza más fuerte. El Pokémon más odiado por la humanidad”.

Había sido un accidente: nunca quiso acabar con su vida, ¡sólo quería salvarlo...! Ojalá hubiera podido pensar eso. Pero en el fondo de su ser, no lograba apaciguar la profunda decepción de no poder tenerlo para su propio beneficio. Incluso antes de que su vecina lo convenciera, él ya se había decidido... Espera un segundo, ¿no acababa de decir-?

“Quizás tú deberías conocer el infierno en el que se había convertido su vida. Después de todo, no resultaste ser un monstruo muy distinto a él. La única diferencia…

 
...es que él nunca lo hizo por poder.”
 
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#3
Al final sí prefiero comentar capítulo a capítulo.

Ya en una nueva mirada, me di cuenta de algo que no me llamó la atención en la primera lectura, y es que Serena anda muy insistente en que Kalm vaya a la cueva. No sé si su aparente inmunidad al frío sea otra pista, pero eso de que tiene un pokemon que se transforma cuando solo hay tres cosos que pueden hacer esto me hace sospechar que la chica sea Mew... porque es el único de los tres que asocio a la hijoputez. O quizás estoy pensando demasiado y es un ditto... y las voces son una secta de dittos, para más placer.

Yeeeeep no me di cuenta la primera vez pese a que un diálogo posterior confirma que Serena no era Serena. En mi defensa diré que no destaca mucho porque el romance medio romance furry con la zorra de fuego está más interesante. Pero ahora tengo preguntas, muchas preguntas, en especial relacionadas al Mewtwo. I mean, él ataca a Kalm, pero de querer matarlo... lo habría hecho fácilmente, y más bien trata de acercarse a él, no tanto atacarlo, o al menos así me pareció. Me da la impresión de que era manipulado para luchar de la misma forma que Kalm por el grupo de las voces, pero que al menos Mewtwo era consciente de ello y trataba de parar las cosas. Da la impresión de una bestia acorralada en primer lugar, y ahondando en ello... Es difícil trazar una línea entre realidad e ilusiones en lo que ve el protagonista. Y por encima de todo, ¿Para qué lo enviaron ahí? ¿Para qué querían que capturara a Mewtwo? I mean, eso significa que el uso que tenían planeado para ellos es diferente del que les están dando. ¿Y quiénes coño son? Mews? Dittos? Zorroarks? Latias?

Me pone a pensar. Y me gusta cuando una historia me pone a pensar (lo que considero positivo porque Kalm no es precisamente simpático y el misterio es lo que carrea por ahora). La forma de contar las cosas también ayuda. En este capítulo todo es muy impersonal, y aún así, inmersivo. Vemos a Kalm muy desde fuera, sus interacciones son austeras y su background no es muy interesante (para ser justos, ningún prota de juegos tiene una historia interesante). Incluso el inicio tiene toques de Pokémon Origins: un prota sobreleveleado que va a cazar al pokémon más poderoso por pura satisfacción personal.

Pero... el tono es el que cambia las cosas. Es frío aún cuando es envolventee indirectamente ominoso. Mientras leía esto no se me iba esa sensación de que todo se iba a ir a la mierda, de que en algún momento las cosas se iban a torcer y de que no estaba ante algo amable. Da nervios leerlo, a mí me causó incertidumbre respecto a en qué momento iba a pasar algo malo. Y creo que lograr eso es bastante difícil.

Mindblow. Si Mewtwo es realmente el pokémon psíquico más fuerte, significa que debe tener una devoción inmensa. SO MANY QUESTIONS.

Un gusto leerte por acá también. Sube pronto el próximo para seguir leyendo. Y me quiero robar tu banner.
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#4
Sigo pensando de quien son las voces. ¿Seran los dioses a quienes los pokemon le rezan? ¿Oh acaso hay alguien mas entre manos?
Master Weasel. Es esa sombra extraña que te sigue en la cueva 
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#5
Gen Bersérk
 
Creyentes, tengan fe en el poder del Señor,
pues su fuerza jamás nos abandonará.
Danos el poder para vengar a nuestros seres queridos,
de los monstruos que tratan de perturbar la paz.

 
[Imagen: XeQuqZO.jpg]
 
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Kiwi: ya te lo dije antes, pero te lo repito de vuelta: te prometo que te voy a dejar un revieweon (sí, chileno y todo) cuando termine de rendir el fin de semana. ¡Que no va a haber romance furry! Y sí, si bien las alternativas se reducen a Mew/Ditto/Zorua/Latias... esto está basado en los juegos, así que nada de Latias acosadoras transformadoras. No no no, acá se siguen bien las reglas. Kalm no es simpático en los juegos porque no tiene personalidad, así de simple: es mi excusa perfecta para hacer un OC, como siempre.
Comadreja: Teniendo en cuenta que ya me leíste una vez y me estás leyendo de vuelta, primero gracias. Segundo, retoqué un par de cosas para que no sea EXACTAMENTE igual a lo de antes. Son más que todo cosas estéticas y poco más, detalles y tonterías. Tercero, justo había dejado en cliffhanger la respuesta a "que carajo son esos rezos", así que vas a tener que esperar un poquito más (hasta el 3, tampoco me voy a tirar 40 capítulos) para saberlo.

Capítulo 1: En la Oscuridad.
 
 
La oscuridad se hacía cada vez más profunda. Podía moverse, pero se sentía caer cada vez más en aquel vacío. Un mínimo destello se veía a lo lejos, cada vez más diminuto. Trató de gritar una vez más, pero intentarlo sólo ocasionó que su boca se llenara de agua. Y entonces se percató. Se hundía rápidamente en el agua, como si tuviera una piedra enorme atada a la cintura. Si no se movía, iba a terminar ahogado. Moviendo los brazos y piernas con desesperación, se impulsó hacia arriba, en dirección a la luz. La cabeza le dolía cada vez más a medida que pasaban los segundos, sumados a la desesperación de sentir que no iba a llegar a tiempo. Luego de unos dolorosos segundos de terrible ansiedad, rompió la superficie del agua con su cabeza.

La primera bocanada de aire se sintió como si su alma misma le hubiera vuelto al cuerpo. Cegado por la fuerte luz del sol y con el corazón latiéndole con violencia en los oídos, nadó en dirección a las olas buscando sujetarse de algo, lo que sea. Su mano se cerró sobre una saliente de madera áspera a la cual arrimó su cuerpo entero, para acto seguido elevarse sobre ella con una facilidad sorprendente. Quedó tumbado sobre el suelo, tosiendo agua por todos lados y recuperando el ritmo cardíaco. Y entonces escuchó gritos, acompañados del retumbar de numerosas pisadas en la madera: imaginó que sería gente desconocida tratando de ayudarlo. Y sin embargo, varios minutos pasaron sin que nadie le preguntara si estaba bien. Sólo el silencio lo acompañó, mientras se incorporaba lentamente.

Se llevó una mano entumecida al pecho, revisando los latidos de su corazón: estaba helado y completamente empapado de pies a cabeza. Sentado sobre una especie de puente turístico, se aferró a uno de los barrotes para ponerse de pie: algo lo tiraba un poco hacia atrás, por lo que se apoyó sobre la barandilla para mantener el equilibrio. 

Estaba alucinando. Tres dedos enormes y temblorosos se aferraban a la madera, tiñiéndola de un color más oscuro debido a la humedad. Un Pokémon de aspecto felino y piel blanquecina le devolvía la mirada desde el reflejo del agua. Y aquello que pensaba era una piedra atada a su cintura resultó ser una enorme cola violácea, la cual cambiaba completamente el centro de gravedad de su cuerpo, haciéndolo perder el equilibrio.

—No puede ser...

Se echó hacia atrás, horrorizado, sólo para tropezar con su propia cola y aterrizar en la madera de vuelta. No sólo se lastimó la espalda al caer estrepitosamente, sino que también sintió una punzada en su larga cola al ser pisada accidentalmente. Era real. No estaba soñando. Hace tan solo unos segundos se encontraba luchando contra aquel en el que ahora se había convertido, y lo único que recordaba era un par de voces casi burlándose de él.

Mewtwo era un Pokémon peligroso y temido, pero nunca había descubierto realmente el por qué, tan sólo los rumores acerca de su poder extraordinario. Y sinceramente, no quería averiguarlo demasiado tarde: un escalofrío le corrió por la espalda al imaginarse rodeado por una turba de habitantes extranjeros tratando de cazarlo. Mirando alrededor y presa del pánico, alcanzó a ver la entrada a una cueva, llena de escombros y guijarros producto de un derrumbe. Corrió torpemente sobre el puente hasta llegar al borde opuesto a la pequeña ciudad que veía a lo lejos, y giró sobre la costa, tropezando en el terreno oculto por el agua hasta llegar a la entrada. Debía esconderse hasta que pudiera tranquilizarse y pensar con claridad: si algún entrenador lo atacaba en ese estado, el desenlace sería el mismo que en la Villa Pokémon.

Quitó las piedras de la entrada con premura, sin percatarse de que muchas de ellas salían volando sin que él siquiera llegara a tocarlas. E incluso a pesar de su aspecto humanoide, la flexibilidad de su nuevo cuerpo le permitió escabullirse dentro en el momento en que hubo una apertura lo suficientemente grande como para asomar la cabeza. Resbalando contra la montaña de tierra y piedras que había en el interior, se desplomó sobre la fría superficie de la cueva. Allí estaría a salvo.
 


 
Probó más de una docena de ideas para comprobar que se encontraba en un sueño, que todo era falso. Desde pellizcarse hasta hundir la cabeza en agua helada, y hasta probó tirarse de la cola con todas sus fuerzas: ninguna funcionó. Sus ojos se acostumbraron sorprendentemente rápido a la oscuridad, permitiéndole ver el interior de la gruta. Se trataba de una estancia sumamente pequeña, no mucho más grande que su antigua habitación. Hacia el fondo de la misma, un lago subterráneo se extendía hasta más allá de su horizonte de visión. La cueva se encontraba en un estado deplorable.

¿Cómo lograría volver? Aquel lugar no se parecía a Kalos en absoluto, y la gente del puente, además de extranjeros, habían huido aterrados de él. Se apoyó contra la pared de roca viva, desesperanzado. Jamás debería haber ido a los Bosques Errantes. Si no fuera por Serena…

No. Esa no era su vecina. La había escuchado claramente, a una de esas voces decírselo a la otra de una forma muy descarada. Lo habían tomado como un idiota. Pero incluso así, ¿qué podría hacer? Apoyó la cabeza contra las rocas hasta encontrar un lugar donde no se lastimase al apoyarse, y cerró los ojos para pensar con más claridad. Si tan sólo fuera un sueño, se despertaría en el Centro Pokémon de Snowbelle. Y jamás se acercaría a aquella maldita Villa Pokémon…

—¡Aagh!

Abrió los ojos inmediatamente, al sentir un roce en uno de sus pies. Algo se movía en el piso, arrastrándose de una forma asquerosa y tratando de escapar de su campo de visión al percatarse de que estaba despierto. Entumecido, trató de levantarse rápidamente, solo para perder el equilibrio inmediatamente y caer una vez más al piso. A través de la pequeña rendija de luz por la cual había ingresado a la cueva, alcanzó a divisar una figura rosada escaparse al exterior.

Pensó que se había tropezado contra su cola una vez más, pero no sentía ese extraño dolor al final de su espina dorsal. Observando con detenimiento el suelo, levantó un objeto bastante liviano, el cual apuntó contra la estrecha franja de luz exterior que pasaba a través de la salida de la cueva. Era una manzana. Un Ditto le había llevado una manzana.

No se sentía realmente hambriento, pero aun así la llevó al fondo de la cueva para lavarla. No era capaz de distinguir los colores en la oscuridad, pero a juzgar por la dureza de la piel, parecía una buena fruta. Le dio un mordisco, dubitativo, y su boca se llenó de un sabor dulce y un poco ácido. No era la manzana más deliciosa del mundo, pero para ser un regalo de un Pokémon desconocido era más que suficiente. Al igual que los humanos, los Pokémon tenían una tendencia natural a ayudar a aquellos que se encontraran en apuros... o al menos la mayoría de ellos. ¿Y si le traían algo más?

Caminó torpemente hacia la entrada, apoyándose contra las paredes hasta llegar al montón de piedras. Si algo iba a ayudarlo a aprender a coordinar ese cuerpo, iba a ser un poco de movimiento. Se agachó, percatándose de que las articulaciones de sus rodillas se encontraban invertidas, y utilizó la cola para no caerse hacia atrás. Tomando una roca de aspecto pequeño, la lanzó al otro lado de la cueva. A pesar de no ser una tarea muy complicada, le tomó al menos un par de minutos hacerlo con la lentitud suficiente como para entender cómo debía moverse para no irse al piso.

Tenía un largo trabajo por delante. Pero realmente necesitaba distraerse con algo.

 
La entrada a la cueva parecía un espacio pequeño, pero el derrumbe que había sufrido hacía su tarea mucho más complicada de lo que parecía: sin nada mejor que hacer, pasó la mayoría del día quitando rocas y removiendo escombros. Para el momento en que se dio por vencido, el hueco por el cual se había escabullido era lo suficientemente grande como para que cualquier Pokémon de tamaño pequeño pudiera entrar, pero lo suficientemente alto como para que sea molesto de escalar desde afuera. Un entrenador tendría que ser bastante idiota para meterse de cabeza en una entrada tan estrecha como esa, teniendo en cuenta que el resto de la entrada estaba derrumbada y podría fácilmente ser aplastado por la montaña. Agotado, tomó un poco más de agua y se sentó para descansar.
 


​ 
Para el momento en el que se despertó, varias horas después, la imagen era increíble. Una pequeña montaña de alimentos se encontraba junto a sus pies, y no eran precisamente manzanas. Bayas de decenas de colores brillaban frente a sus ojos. Trozos de carne de aspecto extrañamente apetitoso descansaban encima de ellas, para no ensuciarse de tierra. Y numerosos objetos adornaban en semicírculo aquel festín para que las frutas no se esparcieran y pudieran apilarse unas encima de otras: desde vitaminas, piedras evolutivas e incluso objetos de curación para entrenadores. ¿De dónde diablos habían sacado tantas cosas? ¿Las habrían robado de esa ciudad, o quizás...?

Incluso ante los ojos de aquella espectacular bienvenida, se decepcionó un poco al notar que no había ningún Pokémon a la vista para darle las gracias. Estirándose, tomó una baya. Probablemente los Pokémon también estaban aterrorizados de él, al igual que la gente que había huido en el puente. Era mucho más jugosa que la manzana de ayer. Ojalá pudiera convencer a alguno de ellos de quedarse con él: era bastante solitario estar escondido ahí dentro. Debía encontrar una forma de cocinar esa carne y calentarse. La próxima vez no dudaría en decírselos, en especial si reconocía al Ditto que se le había acercado por primera vez.

¿Pero cómo diablos iba a encender un fuego ahí adentro?

Necesitaría madera, o leña, o carbón… y algo con que encenderlo, pero incluso aunque contara con los materiales, jamás había hecho un fuego por su cuenta. Desde el primer día había contado con su Fennekin para encargarse de ello. No había pasado ni un día, y ya notaba la falta de la constante presencia de Arya a su lado. Estaba seguro de que ella siempre haría compañía, ya fuera humano, Pokémon o un maldito extraterrestre.

Se levantó con un poco más de gracilidad que el día anterior, tratando de desperezarse y para combatir un poco el frío. Ya un poco más acostumbrado a su cola, empezaba a notar los beneficios que le otorgaba tener una. No sólo lo ayudaba a mantener el equilibrio, sino que el hecho de que naciera directamente desde su abdomen hacía que pudiera actuar perfectamente como una extremidad, permitiéndole volver a poner los pies en la tierra en caso de que perdiera estabilidad. La punta de la misma era extrañamente gruesa en comparación con el resto, por lo que pensó que podría usarla como última medida para derribar a sus oponentes si necesitaba escapar.

Tenía que probarlo para asegurarse. Colocándose en posición, giró rápidamente sobre su eje, dejando que el resto de su cuerpo fuera arrastrado por el envión. Un golpe sordo le indicó que había tenido éxito, pero el tintineo de la montaña de víveres volando en todas direcciones le hizo maldecir en voz alta.

¿Has oído algo?

La voz lo dejó helado. Se agachó instintivamente, mientras observaba horrorizado como la pequeña entrada de luz era obstaculizada por una cabeza, que miraba al interior con curiosidad. Sin mover ni un músculo, cerró los ojos, esperando que aquel entrenador no lo viera.

—No lo sé, amigo: me parece que son puras patrañas.

—Tú no estabas allí cuando llegaron al Centro Pokémon: estaban pálidos del terror. Puede que no esté aquí dentro, pero estoy seguro que Mewtwo ha vuelto a Kanto. 

Estaba en Kanto. Apenas había escuchado de aquel lugar, una pequeña región ubicada en una isla a cientos de kilómetros al sur. Ya no podía seguir conteniendo la respiración. ¿Qué diablos haría si decidían entrar? Lo iban a ver. Aquel dolor insoportable que había sentido por la falta de aire al estar bajo el agua volvió con más intensidad que antes. Y en el último momento, justo cuando no aguantaba más, sintió cómo la luz lo cegaba una vez más: el rostro de aquel desconocido no miraba más hacia el interior. Estaba a salvo.

—Pero incluso aunque estuviera ahí, uno tendría que estar loco para entrar a la Cueva Celeste. Oí que la gente que entra aquí jamás regresa a la ciudad.

—¡Y y-yo escuché que Mewtwo se come a los humanos! En serio, vámonos de aquí: no creo que hayan bloqueado la entrada por diversión exactamente.

El dúo comenzó a alejarse, permitiéndole respirar con tranquilidad una vez más. No estaba a salvo ahí adentro. Lo único que necesitaba era un entrenador lo suficientemente valiente como para no creerse las patrañas y los rumores de la gente, y él sería historia. Aunque también podría dejarse capturar y estaría a salvo, ¿verdad?

Su combate contra el verdadero Mewtwo aún estaba en su mente. ¿Por qué no se había dejado capturar, estando tan herido? Quizás temía ser capturado y utilizado. ¿Y si a lo mejor no era capaz de ser capturado? Su experiencia como entrenador le había dicho que continuara atacando y lanzando Ultraballs. Pero quizás Mewtwo no estaba rompiendo las esferas por voluntad propia. A lo mejor sí habían acabado con él a sangre fría… y ese era su castigo. Estaba tan desesperado por capturarlo que no había pensado en qué diablos estaba pasando. Simplemente había aprovechado el momento de debilidad de su oponente y tratado de sacarle el máximo partido.

Apesadumbrado, miró hacia el interior de la cueva: qué desastre había ocasionado. Se pasó casi quince minutos juntando cada baya, cada diminuta pastilla de vitamina de vuelta en su frasco, deprimido y sin saber realmente qué hacer. Al parecer el antiguo Mewtwo provenía de Kanto, pero Wulfric jamás se lo había dicho. ¿Desde aquí había huido? ¿De verdad la gente de este lugar lo odiaba tanto como para desertar a una región tan remota como Kalos? 

La respuesta no se hizo esperar: una terrible explosión se sintió en las afueras de la Cueva Celeste. La obstrucción de la entrada voló en todas direcciones, arrojando trozos de piedras por doquier y levantando una polvareda que no le dejaba ver a su enemigo. Lo único que alcanzó a notar fue un calor impresionante, mientras la nube de tierra se teñía de un color rojo anaranjado.

Una sola frase anuló todos sus pensamientos. Y no era precisamente la voz de su consciencia la que oyó desde el exterior de la cueva, sino la del Pokémon que lo apuntaba directamente a los ojos con una extraña varita de madera. Una criatura horriblemente familiar.
 
—Por fin te encuentro, monstruo. Es hora de que mueras de una vez.
 
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#6
LettalKWA holaaaaa ahora vengo a la sección del sufrimiento eterno. Ya me leí los primeros capítulos o mejor dicho prólogo y capítulo 1.

Hora de comentar: al principio la historia inicio un poco pesada para mi, tal vez por el nulo conocimiento que tengo sobre kalos, no e jugado ni la quinta o Sexta generación pero ya próximamente lo haré :P

Al parecer el protagonista es kalm el de los juegos de x,y. También aparece "Serena" OMG estoy seguro que no es ella. Hasta en el episodio 1 lo mencionan, todo esto es una especie de... motín? Algo malo paso.

Tendra algo que ver con la arrogancia y la sed de poder de kalm? Digo, por lo que se lee mato a Mewtwo que por una extraña razón estaba en kalos. Esto me recuerda a la película de Disney tierra de osos. El protagonista comienza a sufrir y experimentar lo que es ser una criatura, en este caso un Pokemon clon legendario.

Al parecer el hecho de "matarlo" ocasionó que reencarnara en él, me llegan muchas dudas a la mente. ¿Porque está en Kanto? ¿Que pasó exactamente? ¿Acaso será un ataque especial de Mewtwo que provocó un cambio de cuerpos o algo similar?

Encima termina de una manera fuerte, ese pokemon de fuego con varita, será el fennekin de Kalm? Viene por venganza y matara a Mewtwo sin saber que en realidad es su entrenador? Wow te digo, tiene algo de similitud con tierra de osos pero ese tono sombrío y de misterio me hace pensar que todo esto no terminará nada bien.

En el fondo pienso que se lo merece, su sed de poder lo llevo demasiado lejos, te deja un gran aprendizaje, hay que dejar la soberbia atrás y siempre valorar lo que tienes, quien sabe, tal vez un día despertamos y seamos simples hormigas. En fin en general y en pocas palabras diría que el prólogo fue bueno pero el que se lleva el premio mayor es el capitulo 1. Bien hecho sigue así :D

Salu2!!!
Entrenador Pokemon en busca de la Perfección y diversión.
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#7
Sabes @Abisai, cuando comencé a leerlo, también me llego a la mente "Tierra de Osos", pero mucho menos inocente y con temática mas interesante.

Lo que ahora leía de Maze si me hizo pensar un poco, ¿porque Serena estaba tan insistente en el tema de Mewtwo aun con las advertencias de Wufric? ¿Oh solo pasó por que Kalm estaba seguro de que podía demostrar su poderío a través de atrapar al pokemon que todo el mundo temía?
Master Weasel. Es esa sombra extraña que te sigue en la cueva 
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#8
¡Al fin! No sabes qué ganas tenía de leer este capítulo!
Cita:Maze ya te lo dije antes, pero te lo repito de vuelta: te prometo que te voy a dejar un revieweon (sí, chileno y todo) cuando termine de rendir el fin de semana.
Tampoco me amenaces. Still así me da tiempo de subir un poco más que en FFL. 
Cita:¡Que no va a haber romance furry! Y sí, si bien las alternativas se reducen a Mew/Ditto/Zorua/Latias... esto está basado en los juegos, así que nada de Latias acosadoras transformadoras. No no no, acá se siguen bien las reglas. Kalm no es simpático en los juegos porque no tiene personalidad, así de simple: es mi excusa perfecta para hacer un OC, como siempre.

Para este punto tengo mis sospechas bastante claras, pero voy sobre ello más adelante. 

La verdad es que traté de juntar buen humor para leer esto y ponerte un montón de chistes idiotas sacando tus frases de contexto como siempre... y no pude. No me puedo burlar de esto, la atmósfera es así de tensa y no deja espacio para la comedia. Ya lo dije antes, pero esto es súper envolvente, y me gusta ver qué te tomas tu tiempo para interiorizar en lo que siente Kalm, en sus sospechas y en cómo trata de adaptarse mientras sueltas alguna que otra pista. Anteriormente pudiste haber unido este capítulo y el siguiente para ahorrar tiempo, pero eso hubiera cortado las sensaciones que cada uno transmite. El título viene como anillo al dedo porque se trata precisamente de Kalm perdido en la oscuridad, o, según me pareció en parte, sobre ese algo oculto en la oscuridad. ¿Y qué tal le fue a nuestro querido Ñutu por acá?
 
Cita:Un Pokémon de aspecto felino y piel violácea le devolvía la mirada desde el reflejo del agua
Okay, has estado leyendo demasiado a Comita. 

Lo que sí me hizo gracia es que alguna que otra frase (por fin lo puedo decir), hace referencia a la Pokécueva.
Cita:Resbalando contra la montaña de tierra y piedras que había en el interior, se desplomó sobre la fría superficie de la cueva. Allí estaría a salvo.
[Imagen: pikaowo.png]

Aaaaaaunque no se corta un pelo para criticar.
Cita: La cueva se encontraba en un estado deplorable
Danos tiempo que apenas abre. LetalQQ   ​​​​​

Y encima causa problemas. No
Cita:Se agachó, percatándose de que las articulaciones de sus rodillas se encontraban invertidas, y utilizó la cola para no caerse hacia atrás. Tomando una roca de aspecto pequeño, la lanzó al otro lado de la cueva, golpeando al usuario @"ZubatSucker107"  que acababa de registrarse.
 ​​​​​​ [Imagen: lettalKWA.png]
El pobre no volvió a caminar, pero Kalm no se dio cuenta porque estaba probando las nuevas capacidades de su cuerpo...
Cita:y hasta probó tirarse de la cola con todas sus fuerzas

RaltsLewd
Con razón esto está en la zona de explícitos. 

Tal vez se sentía demasiado seguro de que nadie lo veía, pero hay un par de cosas que me hacen pensar lo contrario... Y creo que esto mejor lo pongo en spoiler:

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Retomando lo que comenta la comadreja, se reafirma que esa Serena no era la verdadera Serena. Volviendo a la lista de pokémon que pueden transformarse en lo que quieran, descartamos a smeargle y latias porque no pintan nada, a zorua y zoroark porque no tienen cabida en estas regiones ni son tan importantes, y nos quedamos con solo dos:  ditto y Mew. Ambos están relacionados con Mewtwo tanto en origen como en capacidades, pero mientras que Mew es una criatura mítica de poder inconmensurable y moral cuestionable; ditto es una pequeña masa sin forma, de pocas luces y servicial. Si tenemos que poner a uno de ellos como la mente maestra, la respuesta lógica es que el pequeño ingeniero es el que se convirtió en Serena.  Y esto me resulta sospechoso:
Cita:. Era una manzana. Un Ditto le había llevado una manzana.

El sombreado no es nada sutil, pero me hace pensar; es cierto que hay dittos en la Cueva Celeste (durante mis tiempos de burglar solía ir a cazarlos  ahí), pero uno en particular va a hacerle una ofrenda, ni más ni menos. Kalm asume que es una especie de pago de los otros pokémon de la cueva para que no les haga daño, porque es temido y todo, pero hay objetos que un pokémon no debería poder obtener por su cuenta, y si la gente no se acerca porque Mewtwo es temido, hay pocas probabilidades de que los roben. Si alguien lo envió a esa cueva porque lo necesita, es lógico que se asegure de que sobreviva y tenga todo lo necesario, al menos hasta que se presente su compañera y pueda ponerse en marcha para cumplir la tarea para la que lo requieren. De ahí es que pienso: ese ditto no es normal. Podría ser un mew disfrazado, podría ser un ditto a las órdenes de Mew, o podría ser que, realmente, sean los putos dittos los que están detrás de todo.

O una organización. El título del fanfic me hace sospechar que por ahí pueden ir los tiros, aunque hay tanta parafernalia mística apuntando a la dirección opuesta.

Éste fic me hace pensar mucho, y me gusta. Es emocionante prestar atención a los detalles y leer más de una vez por si aparece una pista, y cuando vuelva a leer el próximo capítulo, espero darme cuenta de más cosas todavía. 

Pero antes de irme...
Cita:El Pokémon que lo apuntaba directamente a los ojos con una extraña varita de madera. Una criatura horriblemente familiar.

Qué hdp, es su inicial.

Mewwave
[Imagen: UTOWGiU.jpg]
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#9
Hola, hooola. Aunque lo leí hace un tiempo y lo medio "comenté" en el servidor, no está demás comentarlo de nuevo.

Prologo: el kaaaaaaaarma hizo efecto al final, aun así, que buscaban esos seres al tomar la forma de Serena para "convencer" al chico para que vaya a capturar a Mewtwo? Que pensaban hacer si lo hubiera capturado? idk, hay gato encerrado ahí  LettalKWA

Capítulo 1: Kalm va a tener que acostumbrarse a su nuevo cuerpo, el hecho de tener que describir su cola como una tercera pata se me hace acertado, ya que después de todo eso ayuda a mantener el equilibrio al caminar y en el vuelo. Aun así me llama la atención el final del capítulo que simplemente es "ooooh shit-"  LettalKWA

O sea, la Delphox va a buscar a Mewtwo (Kalm) para vengar a su entrenador? Ojala salga de esa situación en una pieza.
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#10
Ahora entiendo bien por qué comparaban con Tierra de Osos. Aunque, la cosa está en: "¿dónde está el Mewtwo original?"

Pobre Kalm, va a pasarla muy mal en ese nuevo cuerpo que trae.
[Imagen: ?imw=5000&imh=5000&ima=fit&impolicy=Lett...rbox=false]
Maybe I'm a dream...
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#11
Bueno, sé que mereces que me lea todo el fic pero no tengo tanto tiempo u.u

Quedándome en el Prólogo y esperando que me ponga al día, lo confieso. Inicia muyyy fuerte, bueno no es que sea que se diga Explícito pero sin dudas me ha impresionado. Creo que ya ni yo he tenido esas ideas para comenzar algo así de "brusco" y "fuerte" como ya dije.
Das un buen aire de incertidumbre, algo que sí es complicado de conseguir. Y todo iría relativamente bien de no ser porque esas malditas voces se presentaron... ¿Quiénes son? A mí me suena que son algún tipo de grupo, llámese fundación, equipo, etc. Pero estos son muy selectivos y cerrados. Tal vez con... idk ¿ciertas influencias?
Tal vez sea breve mi comentario, pero siendo que no ando con mucho tiempo y que ya quería comentar un fic. Me ha gustado... En serio, te felicito. Ya con más calma iré viendo cómo se pondrá el maihem...

¡Saludos! Y disculpa que aún no me lea el resto jeje...
[Imagen: qWRNSIv.gif]
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#12
Y esto es lo que te pasa realmente cuando vas a capturar un legendario porque crees que es una buena idea siguiendo los consejos de tus vecinos/amigos. 

Ciertamente es una ola de aire fresco después del Aiwassverse, los caps son mucho más cortos pero van al grano y la historia es bastante entretenida; usando de molde al pobre desgraciado de Kalm para hacer un OC propio, es cool por el hecho de que no se toma el molde de "Kalm chico cool badass la rompe en todos lados" o el "Kalm emo pero que la rompe en todos lados cuz yes". 

A pesar de que sí, tiene ese aire a Tierra de osos, va por su propia parte y mientras no salga un Koda cantando "En Marcha estoy" no creo que se note mucho (?), de todos modos, es verlo desde otra perspectiva donde el afectado es uno de los Pokémon más poderosos y odiados del mundo. 

Me da pena, mató al Mewtwo por zopenco y ahora todo el mundo lo odia y está atrapado en el cuerpo del Pokémon que mató; para acabarla de joder, su inicial, el que aparentemente fue el unico poke que entrenó bien, viene a vengarse y le va a partir el rostro en el siguiente cap sin contemplación alguna. 

... Esto se va a poner feo.
[Imagen: EoTbvLf.png]
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#13
Gen Bersérk
 
Al final de nuestro largo camino,
sólo nos espera nuestro Señor.
En el nombre del Padre y del Hijo,
harán caer la luz del Juicio Final.
 
[Imagen: qIN9lDP.jpg]
 
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Abisai: la sección edgy es la mejor sección. Una lástima que no hayas jugado la sexta. Teniendo en cuenta que esto es mitad Kalos - mitad Kanto, te vas a perder la mitad de las referencias. En fin, no espero que haya taaaanta cantidad de comentarios más adelante, primero porque soy una culiada que no tiene tiempo para comentar de vuelta, segundo porque hay tal cantidad de fics dando vuelta que la gente se va a hartar leyendo tanto cuando se pase la emoción del foro nuevo. Sobre las enseñanzas puede que tengan un poco de sentido al principio pero la idea de este fic es que no haya enseñanza. Esta vez no va a haber moralejas ni redenciones ni "es malo pero no tan malo". Por primera vez voy a intentar una historia donde el grupo protagonista sean más malos que el ébola.
Comadreja: aprovecho este momento para decirte que tu nombre es tan largo que corre las columnas en la principal del foro. ¡Dejá de compararlo con tierra de osos! (en realidad no, la peli es vieja y ya ni me la acuerdo pero a juzgar por lo que dice wikipedia sí, ES CLAVADO A LA PELICULA). Estoy buscando como hacer para no estirar el misterio hasta el capítulo 85, a lo mejor directamente hago un cambio de punto de vista y lo explico, y a volar.
Kiwi: cualquier referencia con el foro no fue a propósito. Estás viendo cosas donde no las hay. A NO SER...
My god hay un emoji de un Ralts azulito, ¿como es que lo veo por primera vez?. Sobre lo de los Ditto, por ahí van los tiros pero ahora que lo dijiste tengo que buscar una forma de cambiarlo porque soy una orgullosa y odio darte la razón. Zorra best furry bait.
Comita: lo único que me duele es que no voy a poder usar al gato edgy porque en mi headcanon se cagó muriendo. La gracia de esta historia es que todo lo de Giovanni y Blaine sí pasó, así que queda en manos de mi OC... digo, "Kalm" arreglar los asuntos pendientes. Eso y que no necesito hacerlo buenito y compasivo con los humanos, porque él no es el angsty solemne que se redime y no quiere lastimar humanos.
Nemu: está muerto. Y la va a pasar mal hasta que aprenda lo roto que está.
Gigavehl: ni te preocupes. Yo tampoco tengo tiempo. El sábado tengo que tirar comentarios, con preferencia a las historias nuevas que todavía no leí. La gracia de que los capítulos sean cortos es precisamente por eso, porque somos muchos y un poco más y necesitamos tiempo completo para tantas historias.
Goldie: a ver si dejás de tener tantos problemas y te tomás unas vacaciones de una vez. Estoy pensando como hacer para volverlo un desgraciado sin escrúpulos, pero no quiero caer en la clicheada de "oh, mataron a uno de mis bichos, AHORA NO VOY A TENER PIEDAD". Por cierto, estás entre mis primeras opciones para un beta-reader. Aunque no sé que tan buena opción es porque siento que estás hasta el techo de problemas últimamente.
 
Capítulo 2: Plegaria.
 
 

No tuvo tiempo a decir ni una palabra. Apenas alcanzó a alzar ambas manos en señal de alto antes de que una Llamarada impactara contra él con una fuerza demencial. El ataque fue tan potente que salió despedido hacia atrás, para aterrizar en el pequeño lago a sus espaldas.

El calor de las quemaduras se aplacó rápidamente gracias al contacto con agua helada, pero la adrenalina que corría por su cuerpo en esos momentos hacía que el dolor fuera nulo. ¿Cómo? ¿Cómo lo había encontrado? ¿Qué diablos hacía Arya en Kanto? Trató de nadar hacia la superficie, pero sus brazos no le respondieron. Lentamente, se sintió elevarse en el agua hasta quedar flotando a un palmo de la misma.

Los ojos de su Delphox ardían con un odio profundo. La misma mirada de odio que le había dirigido a Mewtwo en la Villa Pokémon, luego de que éste tratara de atacarlo de improviso en la pequeña gruta en la que se escondía. Sujetando su varita con la misma determinación, sus movimientos no mostraban ni un ápice de duda mientras se acercaba lentamente, pateando el ocasional objeto en medio de su camino. A pesar de que la había entendido con claridad, no pudo dar crédito a sus ojos cuando ésta abrió las fauces. Los extraños gruñidos que siempre había escuchado en su compañera durante sus años de aventuras cobraron sentido en su cabeza: seguramente existía algo en los cerebros de los Pokémon que le permitían entenderse entre sí, pero estaba demasiado aterrado para dejarse sorprender por el hecho de que era capaz de entender sus palabras.

—¿Sabes quién soy, verdad? —comentó en voz baja. Esforzándose por tomar aire, no contestó, y eso sólo logró que la fuerza psíquica mediante la cual lo sujetaba lo aplastara con más fuerza—. ¡Contesta!

Tosió un poco de agua. La cueva brillaba con la fuerza de una docena de llamas de Fuego Fatuo, las mismas que había utilizado en los Bosques Errantes. Era él mismo quién le había enseñado a usar ese truco para iluminar el camino, debido a la persistencia de las llamas azuladas. No había duda de ello, se trataba de su Pokémon. Lo único que salió de su boca fue su nombre. Y la única respuesta fue otra Llamarada que estalló contra su cuerpo.

—¿Cómo te atreves a usar el nombre que mi Maestro me dio, criatura inmunda? —espetó, mientras su cuerpo ardía de dolor, agravado por la cercanía del agua bajo sus pies y la imposibilidad de tocarla—. Di tus últimas palabras, cobarde; y que nuestro Creador se apiade de tu alma.

No tenía ninguna escapatoria. Cualquier oportunidad de decirle algo sólo haría que lo atacara de vuelta. Su Delphox siempre había tomado los combates con bastante solemnidad: estaba seguro de que una Llamarada enfocada directamente a su cabeza alcanzaría para reventársela como si se tratara de la calabaza de un espantapájaros. Ojalá le hubiera dado tiempo al menos para saber que se trataba de él, o siquiera de explicarle por qué lo estaba matando. Nada tenía sentido. Era como si el mismo destino estuviera jugando con ellos.

No quería morir. Pero si hubiera tenido la posibilidad de elegir como irse, una muerte rápida a manos de su compañera no sonaba como la peor de las opciones, realmente. Era un pensamiento tan melodramático que le dio risa de sólo pensarlo. ¿Realmente ese iba a ser lo último en lo que pensaría antes de abandonar este mundo?
 

Sonrió con tristeza, mirándola directamente a los ojos. Estaba tan orgulloso de ella. No solamente una, sino dos veces, había jugado con uno de los Pokémon más poderosos del mundo como si se tratara de un muñeco de trapo. Ojalá pudiera saber lo aterradoramente genial que se veía en ese momento.

 
Cuídate mucho, chica.
 
Cerró los ojos. Pensó en cómo había quemado esas asquerosas telarañas del Gimnasio de Viola como un Fennekin. Su espectacular desempeño como un Braixen frente al Sylveon de Valerie, y su aplastante victoria contra el Gardevoir de Diantha. No había hecho más que acumular victorias bajo su cuidado, con una mezcla férrea de obediencia y tenacidad que no pudo replicar en la actitud de ninguno de los otros miembros de su equipo. Ya no había nada más que él pudiera darle para mejorar sus capacidades. Y esto era el adiós.
 
"…"

No sintió el calor, no sintió la luz de ningún movimiento. ¿Seguía vivo, o el ataque había sido tan sorpresivo que…? Alzó la cabeza, para encontrarse a Arya todavía parada frente a él. Su expresión se había relajado un poco, pero la atadura psíquica seguía más fuerte que nunca.

—¿Cuál es mi nombre?

—Arya.

Su Delphox dio un par de pasos hacia adelante, sin bajar la guardia. Ladeó un poco la cabeza, frunciendo el ceño. Las llamas de Fuego Fatuo se acercaron obedientemente con un movimiento de su varita, rodeándolo completamente.

—¿Sabes por qué estoy aquí?

—No —respondió con sinceridad—. Arya, no sé q-

Trató de deslizar un par de palabras más en su respuesta, pero su voz se convirtió en un aullido de dolor al sentir cómo su cuerpo se aplastaba aún más. Su compañera estaba tan cerca de él que podía sentir su respiración. Apuntó con su varita hacia su garganta, clavándosela con fuerza.

—¿Sabes por qué mi Entrenador me dio este nombre?

—Porque significaba “noble diosa” en el diccionario de nombres de mam…

—¿Cuándo conocí a mi Maestro por primera vez?— lo interrumpió automáticamente.

—El Profesor Sycamore nos…

Con cada respuesta, sus ataduras se aflojaban un poco. Sus pies tocaron la superficie del lago, haciendo que le corriera un escalofrío por todo el cuerpo, que lo distrajo de sus quemaduras por un instante.

—¿Cuál era el Pokémon más fuerte de la humana que lo seguía a todas partes?

—Un Absol. Ella también tenía una meg-

—¿Qué hizo todas las mañanas mi Maestro durante sus últimos días en la Ciudad Helada?

—Compraba todas las Ultraballs que llegaban a primera hora. Antes de que abriera la tienda.

Qué

Arya retrocedió un par de pasos. Y por primera vez desde que la había visto evolucionar en un Delphox, el brazo con el que sujetaba la varita comenzó a temblar. Ella también pareció percatarse de ello, porque tuvo que reafirmar su pulso con la otra mano. Bajó la mirada, un tanto abochornada. Y con un hilo de voz, formuló la última pregunta:

—¿Qué le hice a m-mi Maestro, cuando decidió recostarse bajo la sombra de los arces en la Ciudad d-de las Hadas?

—Le pintaste la cara... con tinta permanente.

 
Y no tienes la menor idea de lo que me costó quitármela después, chica.
 

 
Entre el centenar de objetos sueltos que había esparcidos en la Cueva Celeste, existían numerosos frascos de plástico baratos con picos rociadores descartables. Diversos líquidos de colores descansaban en su interior, de los cuales él recordaba haber utilizado casi todos. Amarillos para el envenenamiento y la parálisis, rojizos para el daño por frío, y azules para las quemaduras.

—¿Te había dicho alguna vez el miedo que das cuando estás enojada?

Sin decir una palabra, su Delphox rociaba diligentemente el Antiquemar en su cuerpo. Parecía demasiado preocupada para seguir una conversación. El líquido le escocía como mil demonios, pero hizo lo que pudo para aguantárselo. Aún tenía demasiadas preguntas en su mente.

—¿Cómo supiste dónde estaba? —preguntó, aunque sólo recibió silencio a modo de respuesta—. Arya. Te estoy hablando. ¿Estás bien? ¡Chica!

Su compañera levantó la vista: parecía a punto de echarse a llorar. No sabía que rayos había pasado. No sabía cuánto tiempo había transcurrido, pero a juzgar por el hecho de había viajado hasta Kanto, lo más probable es que hubiera pasado al menos una semana. ¿Qué había pasado con él en todo ese tiempo? Él también había pensado en ella inmediatamente, pero no podía imaginarse lo que estaba pasando sobre la mente de un Pokémon dependiente que había criado durante años, que jamás se había separado de su guardián. Para tranquilizarla un poco, le dio un par de palmadas en la cabeza. Su nuevo cuerpo hacía que fuera más alto que ella. Estaba tan alterada que apenas podía hablar.

—¿Cómo es que… cómo…?

—Eso es lo que quisiera saber yo. ¿Qué pasó exactamente en la Villa Pokémon? Matamos a Mewtwo, pero luego todo se volvió blanco, y de repente aparecí aquí. ¿Cómo me encontraste tan rápido? ¿Y por qué tratabas de matarme?

Arya no respondió inmediatamente. Sus palabras parecieron dejarla más confundida que nunca. Dejando caer el líquido para quemaduras, se colocó de espaldas a él, en dirección a la oscuridad de la laguna subterránea. Se tomó bastante tiempo hasta que finalmente pudo hablar.

Te mataron al frente de mí, Maestro Kalm. Él te atacó antes de que tuviéramos una oportunidad de reaccionar. No fui lo suficientemente rápida. No pude salvar a mi Entrenador. Lo perseguimos durante días hasta llegar aquí. Pero ahora tú… ahora lo entiendo. Quizás debería irme.

Su historia no tenía ni pies ni cabeza. Mewtwo no lo había matado, ¿de qué estaba hablando? ¿Qué persecución, qué muerte? ¿Qué diablos estaba pasando? Se llevó una mano a la cabeza, incluso más perdido que antes. Y al levantar la mirada, su Delphox tenía más de la mitad de cuerpo en el agua.

—¿¡Qué estás haciendo!? ¡Sal de ahí! —exclamó, pero no obtuvo respuesta—. ¡Arya, vuelve aquí! Te… ¡te lo ordeno! —gritó con desesperación.

Milagrosamente, se detuvo. Y lentamente, empezó a caminar de vuelta a la orilla. Estaba furioso consigo mismo. ¿Por qué rayos tenía que ser tan dramática? ¡Su Pokémon había salido exactamente igual que él!

—Yo… dejé que murieras. Y luego traté de matarte. ¡Mi propio Entrenador! ¡Aquel que me cuidó desde que era una cría, que me tr-!

—¡Cálmate! —gritó, sacudiéndola de los hombros—. ¿No lo ves? No es normal, nada de esto es normal. Mewtwo no me mató, y tú tampoco lo hiciste. Sigo aquí, y si aún crees que soy Mewtwo tratando de engañarte, puedo seguir respondiendo cada una de tus preguntas hasta que descubramos qué demonios pasó y cómo puedo recuperar mi cuerpo. ¿Entendido?

La estaba retando como un padre luego de que su hija cruzara la calle sin mirar para los lados. Enojado, pero a la vez aliviado de tenerla a su lado otra vez. Muda de la impresión, sólo alcanzó a asentir con la cabeza, sentándose de rodillas sobre el suelo.

—No me interesa que pienses que eres una traidora por tratar de matarme, o que te sientas culpable por haberme dejado morir, o todas esas tonterías que estás diciendo. Viniste hasta aquí, y eso es lo que importa. Mírate, estás empapada. Sécate.

—Lo siento… —susurró, acercando las llamas de Fuego Fatuo a su falda.

—Necesito que seas firme. Eres mi Pokémon más fuerte, y no tengo idea de cómo usar los poderes de este cuerpo.

—Tienes razón… sí. —se reafirmó a sí misma, apretando los puños— ¡Tienes razón! Podría enseñarte cómo rezar, pero antes que nada…

Corrió con premura hacia la entrada, levantando polvo por todos lados a su paso. Tenía que hacer de esta cueva un lugar aceptable si iban a quedarse allí de ahora en adelante. Y pensar que había tardado todo un día en quitar un puñado de piedras, sólo para que ella las hiciera añicos en un instante. Quizás se había pasado un poco con los entrenamientos.

—Diles que está vivo. Y junta a los que puedas.

"¿Qué? ¿No vas a dejarme verlo?"


—Está malherido, no hay tiempo que perder. Haz lo que te ordeno.

Sus voces apenas alcanzaban a oírse. Pensándolo bien, ella había dicho que “lo habían estado persiguiendo”. Corrió a las afueras de la cueva, pero para cuando se asomó al exterior, el repentino cambio de iluminación sólo le permitió ver una diminuta criatura alejándose por los aires en dirección al horizonte.

—¿Quién era ese?

—Devin —respondió, empujándolo dentro de la cueva con premura—. No deberías salir hasta que sepas defenderte. Apenas puedes caminar.

—¿Por qué no me dijiste que estaba ahí afuera? —protestó éste, decepcionado.

—Hemos estado persiguiendo a un Mewtwo asesino durante semanas, Maestro Kalm. Un monstruo que resultaste ser tú. Él sólo pensaría que me he vuelto loca y trataría de matarte, y tú siempre nos ordenaste no hacernos daño entre nosotros. Tener que herirlo sería... displicente.

Convocando un par de llamas nuevamente, apartó con una sacudida de su varita el desastre de piedras, comida y objetos curativos a un lado. Lo único que quedó en medio de la sala fue una manzana, muy similar a aquella que le había regalado el Ditto: probablemente era del mismo árbol.

—Nosotros los Pokémon tenemos dos formas de usar nuestros poderes. Ataques físicos, al igual que los humanos —nombró, dando un zarpazo al aire— y Artes, lo que ustedes humanos llaman “Ataques Especiales”. Las Artes son la manifestación de nuestra fuerza interna, en forma del elemento que late en nuestro interior. ¿Que en el caso de los Delphox es…?

—Fuego y Psíquico.

—Algunos Pokémon se especializan en su fuerza física, y otros en el manejo de Artes. Algunos pueden imbuir ciertos ataques físicos con un elemento, y otros no pueden usar Artes en absoluto. Con suficiente aprendizaje, ciertos Pokémon pueden aprender ataques especiales fuera de sus elementos, pero con una menor potencia que aquellos que lo llevan en su interior.

¿Para qué le estaba explicando todo eso? Ya lo sabía, era uno de los mejores entrenadores de Kalos. “Los ataques de Fuego eran más potentes si los realiza Pokémon de Fuego.” Estaba a punto de interrumpirla, pero ella le ganó de mano.

—Sin embargo, existe una excepción a la regla. Es el caso de las Artes Psíquicas y las Artes Siniestras. Por alguna razón, estas dependen… de nuestra devoción u odio a Nuestro Creador.

 
Las voces rezaban por un deseo imposible de cumplirse.
 
Su compañera rezaba por una venganza en su nombre.
 
Y una manzana se mantenía inmóvil en el piso, esperando su plegaria.
 
[Imagen: giphy.gif]
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#14
Bueno, ahí hay un comienzo; Delphox reconoció a su maestro ahora hecho un monstruo y es momento de ayudarlo.

Lo que me parece curioso es el carácter religioso que se le está otorgando a los pokémon de tipo psíquico y siniestro. Me dan ganas de saber cómo funciona este tipo de manejo de la magia. Y aunque no tenga qué ver con la historia, hasta siento un raro deseo por saber cómo funciona en un Malamar, siendo un pokémon tanto del tipo psíquico como del siniestro.
[Imagen: ?imw=5000&imh=5000&ima=fit&impolicy=Lett...rbox=false]
Maybe I'm a dream...
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#15
¿Por que temo que el otro pokemon de Kalm, Devin, va a ser miles de veces mas difícil de convencer?
Master Weasel. Es esa sombra extraña que te sigue en la cueva 
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