05 Apr 2020
07:19 PM
Palabras -
07:19 PM
Palabras -
Nunca olvidare aquel día de 2003 y no fue por los labios rubíes de mi oponente, tampoco por el penetrante azul zafiro de sus ojos, ni siquiera por el hermoso césped que servía cual alfombra esmeralda.
No. Fue por algo mucho peor…
- ¡Rayo! -exclamé con fuerza
Mi Jolteon se apresuró a erizar, aún más, su pelaje para lanzar una poderosa descarga eléctrica que avanzó, perdón por el chiste de palabras, cual centella crepitante por todo el campo, directo a su objetivo.
- ¡Bien! -acerté a decir. Feliz porque la criatura de mi oponente ni había podido reaccionar.
Que iluso era, es cierto que no había reaccionado, pero no por la celeridad de mi ataque sino por que muy probablemente no le hubiera hecho ni cosquillas.
Volví a fijarme en ella. Una criatura risueña, oronda, no especialmente alta, con pequeñas extremidades y, lo que más atención llamaba, el gran huevo que portaba en una suerte de marsupio en su barriga.
-¡Blisi!-expresó jovial la enfermera mientras pestañeaba con sus vividos ojos negros.
Inmediatamente repase la lista de pokemon que tenía para ese combate.
-Veamos: Jolteon, Alakazam, Sceptile, Seadra, Gengar y Houndoom-me recordé a mí mismo- ¡Seguro que esa enfermera curvy no podrá con nosotros!
Aún puedo notar el sudor corriendo por mi espalda y mi cara, como el combate parecía no tener fin, como cual rojo fuego esa pokemon iba devorando mis deseos y esperanza de victoria, como cual verde hoja me sentía agitado cada vez que la veía reponerse de nuestros ataques.
Definitivamente que iluso era…
No. Fue por algo mucho peor…
- ¡Rayo! -exclamé con fuerza
Mi Jolteon se apresuró a erizar, aún más, su pelaje para lanzar una poderosa descarga eléctrica que avanzó, perdón por el chiste de palabras, cual centella crepitante por todo el campo, directo a su objetivo.
- ¡Bien! -acerté a decir. Feliz porque la criatura de mi oponente ni había podido reaccionar.
Que iluso era, es cierto que no había reaccionado, pero no por la celeridad de mi ataque sino por que muy probablemente no le hubiera hecho ni cosquillas.
Volví a fijarme en ella. Una criatura risueña, oronda, no especialmente alta, con pequeñas extremidades y, lo que más atención llamaba, el gran huevo que portaba en una suerte de marsupio en su barriga.
-¡Blisi!-expresó jovial la enfermera mientras pestañeaba con sus vividos ojos negros.
Inmediatamente repase la lista de pokemon que tenía para ese combate.
-Veamos: Jolteon, Alakazam, Sceptile, Seadra, Gengar y Houndoom-me recordé a mí mismo- ¡Seguro que esa enfermera curvy no podrá con nosotros!
Aún puedo notar el sudor corriendo por mi espalda y mi cara, como el combate parecía no tener fin, como cual rojo fuego esa pokemon iba devorando mis deseos y esperanza de victoria, como cual verde hoja me sentía agitado cada vez que la veía reponerse de nuestros ataques.
Definitivamente que iluso era…