25 Aug 2019
05:13 AM
Palabras -
05:13 AM
Palabras -
Las luces, apagadas. El lugar, abandonado. El recluta caminaba por lo que hasta hace poco fue el gimnasio de Giovanni. Tras su derrota el líder del Team Rocket proclamó la disolución del equipo y se esfumó de un día para otro. Ni una carta de despedida, ni una pista sobre su paradero.
Nada. No había dejado nada.
No lo podía entender, cómo les había abandonado con esa facilidad. ¿Tanto le había humillado aquel niño? ¿Tanto como para irse y dejar de lado todo por lo que había luchado? Todavía no lo había asumido. Su vuelta por el gimnasio le llevó a la entrada, donde estaban las misteriosas estatuas. En la parte superior de estas estaba grabado el nombre del último entrenador que había retado y ganado al líder del gimnasio.
Rojo.
Algo se incendió dentro de él. Todas las fibras de su ser vibraron con ira, sentía que estaba a punto de estallar. El Team Rocket lo había sido todo para él, había sido su hogar, el lugar donde se sentía aceptado. Giovanni había sido como, no, había sido un padre para él, acogiéndole desde el primer momento. En esa organización sentía que tenía algo por lo que luchar.
Y va ese mocoso que no levanta ni diez centímetros del suelo y lo fastidia todo.
Eso no iba a quedar así. Oh no, si alguien pensaba que podía arrebatarle algo tan importante e irse de rositas estaba muy equivocado.
—Yo te vengaré, Giovanni —dijo mientras cerraba las manos en dos puños—. Como que me llamo Atlas que el Team Rocket volverá a surgir, y esta vez, ¡nada ni nadie nos parará! —Su risa resonó por todo el gimnasio— Has ganado la batalla pero no la guerra. No te confíes, la segunda parte de esta historia está a punto de empezar.
Nada. No había dejado nada.
No lo podía entender, cómo les había abandonado con esa facilidad. ¿Tanto le había humillado aquel niño? ¿Tanto como para irse y dejar de lado todo por lo que había luchado? Todavía no lo había asumido. Su vuelta por el gimnasio le llevó a la entrada, donde estaban las misteriosas estatuas. En la parte superior de estas estaba grabado el nombre del último entrenador que había retado y ganado al líder del gimnasio.
Rojo.
Algo se incendió dentro de él. Todas las fibras de su ser vibraron con ira, sentía que estaba a punto de estallar. El Team Rocket lo había sido todo para él, había sido su hogar, el lugar donde se sentía aceptado. Giovanni había sido como, no, había sido un padre para él, acogiéndole desde el primer momento. En esa organización sentía que tenía algo por lo que luchar.
Y va ese mocoso que no levanta ni diez centímetros del suelo y lo fastidia todo.
Eso no iba a quedar así. Oh no, si alguien pensaba que podía arrebatarle algo tan importante e irse de rositas estaba muy equivocado.
—Yo te vengaré, Giovanni —dijo mientras cerraba las manos en dos puños—. Como que me llamo Atlas que el Team Rocket volverá a surgir, y esta vez, ¡nada ni nadie nos parará! —Su risa resonó por todo el gimnasio— Has ganado la batalla pero no la guerra. No te confíes, la segunda parte de esta historia está a punto de empezar.
Mostrar Notas de la autora