Oneshot- Pesanta

ExtensiónOneshot
Extension larga
FranquiciaAnipoke
Género
Resumen

O cómo hacer un relato de terror que no da miedo.

#1
Mostrar Definición
Pesanta: animal mitológico de la cultura catalana con forma de perro enorme (raramente un gato), que se mete por las noches en las casas y se coloca en el pecho de la gente, dificultando la respiración y provocando angustia y pesadillas. Es peludo, negro y con patas de acero, pero agujereadas de tal forma que no puede coger nada de la tierra sin que se le caiga. Es difícil de observar, porque si alguien se despierta, sale corriendo y no da tiempo más que a ver una sombra que huye. Se la relaciona con la parálisis del sueño.



—Papá, tengo miedo a la oscuridad.


Norman suspiró. Ya estaba a punto de salir de la habitación de su hija, a nada, solamente tenía que dar un paso para entrar en el pasillo, pero su susurro fue más rápido que sus pies. Él se detuvo debajo del marco de la puerta durante unos segundos y, finalmente, se dio la vuelta para hablar con ella.


—Vamos, Aura, no es para tanto. Papá tiene que hacer unas cosas del trabajo y tú tienes que descansar, que mañana hay clase.


—Pero tengo mucho miedo —susurró la pequeña mientras se subía la sábana hasta los ojos y le miraba implorante. Norman sabía de dónde venía ese "miedo": resulta que algunos compañeros de la clase de Aura se habían dedicado a contar historias de terror en el patio porque esa semana se celebraba Halloween y, si bien era cierto que durante el día esos relatos no le afectaban, no se podía decir lo mismo durante la noche. El líder de gimnasio se rascó la nuca, no es que no quisiera atender a su hija, de hecho se había pasado las dos últimas horas intentando distraerla con otros cuentos más alegres, pero tenía unas obligaciones que cumplir como líder y todavía le falta acabar de limpiar algunas partes de la casa. Caroline se había ido unos días fuera con sus amigas y le tocaba a él hacerse cargo de todo, algo que le estaba costando lo suyo.


—Te propongo algo —dijo Norman de repente mientras se le encendía la bombilla—. ¿Si te traigo a uno de mis pokémon para hacerte compañía te quedarás más tranquila?


El rostro de la pequeña cambió radicalmente. Bajó la sábana de nuevo y asintió con una amplia sonrisa, lo que alivió gratamente a Norman. El hombre dejó la puerta de la habitación de su hija abierta y se fue a su despacho para hacerse con su equipo, con suerte Aura podría dormir si lo tenía a su lado y él podría centrarse en su trabajo. Después de todo, el papeleo no se rellenaba solo.


<<Por desgracia.>>


Aunque para desgracia el estado de la casa. No le había dado tiempo a barrer el pasillo ni a fregar los platos y cubiertos que habían utilizado para la cena, los cuales estaban todavía en la encimera. Al pasar por delante de la puerta de la oscura cocina Norman no quiso hacerles mucho caso, aunque no pudo evitar volver su vista al suelo de esta cuando sus ojos captaron un sutil destello ahí. ¿A lo mejor se le había caído algún cubierto? Lo miraría después, que ya escuchaba los quejidos del suelo de la habitación de su hija y eso significaba que ella se estaba impacientando.


Sin permitirse más distracciones Norman llegó a su despacho, sorprendido al ver que se había dejado la puerta abierta. Normalmente se aseguraba de cerrarla cada vez que salía de este, ya que ahí guardaba muchos documentos importantes y quería asegurarse de que estuvieran a buen recaudo, pero se dijo que tal vez las prisas por ver que Aura estuviera bien le hicieron salir corriendo así que no le prestó mucha atención a ese detalle, por lo que se acercó a su mesa para hacerse con su cinturón de Poké Balls sin pensar mucho en ello. Sin embargo, se llevó otra sorpresa al acercarse y ver que estas no estaban ahí. Norman frunció el ceño, levantó todos los papeles que había en la mesa, rebuscó en los cajones y miró detrás de los cuadros. Rebuscó en su despacho pero no encontró ni rastro de su cinturón. ¿Dónde lo podría haber dejado? Hizo memoria, y recordó que el último sitio en el que había estado antes de salir del despacho para ver a Aura era en la cocina, cenando con ella. Le tocaba dar media vuelta para encontrarlo, así que esa vez sí cerró la puerta con llave y se fue a la estancia por la que había pasado no hacía mucho.


El camino de vuelta a la cocina se le hizo algo pesado. El cansancio de los últimos días empezaba a hacer mella en él y notaba que cada vez le costaba más caminar y pensar con claridad. Norman hizo lo que pudo para llegar a la cocina cuanto antes y al encender la luz vio que en el lugar donde había visto el destello estaba su cinturón con sus Poké Balls. Curioso, ¿se le habría desabrochado y él ni cuenta se había dado? ¿Tan cansado estaba? Se acercó y se lo ajustó en la cintura, asegurándose de que esa vez se lo apretaba bien.


—¡AAAAAAAAAAAAH!


Pero no pudo hacerlo correctamente, porque un terrorífico grito proveniente de la habitación de Aura le congeló, aunque sólo momentáneamente, porque tras unos segundos fue embalado a ver qué sucedía. Abrió la puerta del cuarto de la pequeña de un empujón y con los ojos bien abiertos lo escaneó de arriba abajo. No tardó en ver que no había nada fuera de lo normal, su hija estaba sentada en la cama con una gran sonrisa. Era imposible que se lo hubiera imaginado, ¿no?


—Tardabas mucho y me aburría.


Sí, eso ya tenía más sentido. Norman no hizo ningún comentario al respecto, bastante tenía con calmar su acelerado corazón. Se acercó a la cama y dejó el cinturón de Poké Balls encima del regazo de su hija, aunque él se guardó una en el bolsillo para no quedarse completamente solo.


—Toma. Quédate con ellos pero no seas tan granuja —le espetó mientras le pellizcaba la mejilla afectuosamente y ella se reía. Norman sonrió al verla más feliz, se agachó para darle un último beso de buenas noches y se fue de la habitación.


Al ver que Aura se había relajado Norman también se quedó más tranquilo. Por lo menos la había ayudado a calmarse de alguna manera, eso le ayudaría a afrontar mejor el trabajo. Volvió a su despacho con nada en la cabeza aparte de la sonrisa de su hija, por lo que no se fijó en que algo brilló de nuevo en la cocina a la altura del suelo cuando pasó por su puerta.


Norman llegó contento a su cuarto, pero toda esa felicidad se esfumó cuando vio que la puerta de este estaba completamente abierta. Un escalofrío le recorrió la espalda mientras se llevaba lentamente la mano al bolsillo en el que tenía la llave: esa vez sí se había asegurado de cerrarla bien. El líder se quedó quieto durante unos segundos hasta que se decidió a entrar en el despacho lentamente, mirando todo con suma atención. Parecía que no había nada fuera de lugar pero aquello era muy extraño, por lo que decidió sacar la Poké Ball que llevaba consigo para liberar a Vigoroth. 








Pero por mucho que apretó el botón ningún pokémon salió de dentro.


Norman le dio varias veces seguidas pero todos sus intentos fueron inútiles, de la cápsula no salió ni un mísero rayo de luz. Alarmado, todos sus sentidos se activaron por el miedo, y eso le permitió captar el débil crujido de las escaleras que conducían al cuarto de Aura. La revelación fue inmediata.


Había alguien en casa.


Y había dejado a su hija con unas Poké Balls vacías.


Norman no se lo pensó dos veces cuando salió disparado del despacho por segunda vez aquella noche. Se dirigió raudo a la escaleras, con la intención de detener al intruso que iba a por su hija, aunque quien se detuvo fue él al ver qué lo esperaba en lo alto de estas. Un mightyena con una sonrisa diabólica, ojos rojos y la pata delantera derecha recubierta de metal le sonrió, lo que paralizó al líder nada más verlo. El brillo de su pata era el mismo que había visto en la cocina. El pokémon aprovechó su estado para abalanzarse sobre él y morderle el antebrazo, y no fue hasta que el dolor lo impulsó a la acción que Norman reaccionó dándole una patada en el estómago. El mightyena salió volando con una facilidad ridícula, lo cual debería haberle aliviado.


—¡AAAAAAAAAAAAH!


Si no fuera porque escuchó los gritos llenos de dolor de su hija.


El líder se puso en pie tan rápido como su sangrante brazo se lo permitió y subió las escaleras en un pestañeo. Poco importaba que los colmillos del pokémon le hubieran rasgado los huesos, nada le impediría salvar a su hija. Cuando finalmente se situó delante de la puerta de la habitación de Aura le dio un gran empujón con todo su cuerpo pero esta no cedió ni un solo milímetro. Norman volvió a embestirla pero el resultado fue el mismo, también cuando le dio varias patadas.


—¡AURA! ¡AURA!


—¡AAAAAAAAAAAAH!


No podía dejar de gritar su nombre presa de la desaparición y cada vez que la llamaba, Aura respondía con un grito más alto que el anterior. Norman siguió empujando la puerta con todas sus fuerzas, hasta que los chillidos de su hija alcanzaron tal intensidad que, mezclados con la pérdida de sangre, le hicieron marearse y caer moribundo a los pies de su habitación.



Norman se despertó sobresaltado y con déficit de oxígeno. Tosió un par de veces y se levantó de un salto de la silla de su despacho en cuanto su aturdida mente se lo permitió. Los gritos de Aura todavía seguían resonando en su cabeza y, por mucho que se dijera que había sido una pesadilla, no encontraba la forma de calmarse. Aquello había sido muy real, tan real que todavía le dolía el brazo, aunque no tenía la marca de ningún colmillo. Su primer instinto fue agarrar la primera Poké Ball que sus manos rozaron de su cinturón y sacar al pokémon que había ahí dentro. Vigoroth le saludó con un baile cargado de alegría, el cual contrastó enormemente con el oscuro semblante del líder. Norman lo dejó fuera y salió corriendo para subir las escaleras, con un único destino en mente que no le permitió fijarse en nada hasta que llegó a la puerta de la habitación de su hija, la cual cedió ante su empujón con suma facilidad.


Aura estaba tumbada en su cama, completamente tapada y durmiendo. Su rostro irradiaba una calma contagiable, tan contagiable que Norman se llenó de alivio al verla. Se acercó a ella lentamente para no despertarla y, con cuidado, la cargó en brazos para acercársela al pecho. Norman le dio un largo beso en la frente a Aura y cuando acabó la sacó de su cuarto para llevársela a su despacho. Esa noche dormiría bajo su supervisión y, posiblemente, unas cuantas más. 


Nada le hizo quitar la mirada del plácido rostro de su hija durante el trayecto a su despacho. Ni el crujir de las escaleras cuando las bajó, ni las dudosas formas que se creaban en las sombras, ni el enérgico baile que Vigoroth seguía haciendo en su despacho. Ni siquiera el sempiterno brillo a ras de suelo de la cocina que no se fue en toda la noche.
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Érase una vez un grupo de extraños destinado a salvar el mundo.
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#2
¿Qué querés que te diga? A mí me dio bastante cagazo este. Es bien corto, así que no te da mucho margen de tranquilidad, y sabés que la bestia se va a hacer presente más temprano que tarde. El clima cálido, íntimo y hogareño de la hora de dormir y los personajes híper comfies que elegís suman a la sensación de lienzo blanco impoluto que va a terminar empapándose de sangre o rasgándose de un momento a otro, y me gusta la sutileza elegido del reflejo metálico en el suelo. Lo suficientemente sutil para no encender todas las alarmas, pero lo suficientemente paranormal como para que te cagues en las patas.

Por supuesto, si no conocía nada de un Wendigo menos iba a tener idea de qué carajo era un Pesanta... Y, más allá de tu introducción, tampoco me quedó del todo claro. Parecía una especie de presencia que estaba anclada a esa casa en particular, pero no vi mucho la parte de la parálisis del sueño, más allá de que parece acechar especialmente a la pequeña Aura... Aunque termina ensañándose mucho más con su padre. xD

Btw, hasta el Vigoroth bailando tontamente me pareció espeluznante. ¿Será porque me recordó al mono ese de los platillos en Toy Story 3? No sé, creo que en lugar de hacer de alivio cómico, solo me puso más nervioso. Y el último párrafo es buen sintetizador de la clase de terror que nos querías mostrar, y para mí es súper efectivo. Ese paneo final a la cocina y ese brillo perseverante es casi más creepy que la aparición propiamente dicha de la Fullmetal Mightyena.

Para ser tan breve y para haberlo escrito a los pedos en una sola noche, creo que te quedó muy bien, Saku. Es prueba de que sos muy versátil y podés manejar bien distintas clases de tonos, incluso cuando tu fuerte sea la luz y no la oscuridad... acá fuiste muy perturbadora.


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#3
Mostrar Pyromentario
Pese a ser corto y en vistas algo hecho a la rápida, el relato me llamó la atención en varios aspectos.
Primero los personajes un padre y una hija (Norman y May) siendo algo familiar y algo cercano de lo cual los lectores se pueden sentir más relacionados, sumado al tema de las pesadillas, que en si, es una idea básica pero funcional de una historia de miedo junto a la oscuridad.
El desarrollo de la historia también es bueno, sintiéndose natural y dando indicios predecibles del suceso paranormal, pero aquí hay más cosas subjetivas al respecto que quisiera comentar.
En lo personal no soy alguien que se asuste o sienta miedo al leer relatos o ver películas de terror, pero aun así puedo apreciar una obra por su ejecución.
El tema de la descripción me quitó un poco la sorpresa de la pesadilla, ya que esperaba el giro de que Norman estuviese durmiendo al estar más centrados en él que en May. Lo otro es que la descripción del Pesanta lo encuentro cómico y un poco ridículo por las patas de metal, recordándome a perros con patines en las patas. Eso si, me sorprendió la elección de un Mightyena, pues pensé que sería un Houndoom, pero tiene más sentido ya que estamos en Hoenn y eso es un buen toque, lo mismo con la descripción del ente (omitiendo lo ya mencionado de la inspiración original).
El final de Norman llevándose a May para que duerma bajo su protección me gusto también y da muestra que los padres sienten miedo al igual que los hijos, y quiero pensar que en realidad Norman sigue en durmiendo y el perro espera para atacar otra vez.
En conclusión, un relato bastante disfrutable, que pese a obviedades narrativas de terror, es funcional y muy bueno.
Sin nada más que escribir, nos leemos en otra ocasión.
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#4
... *Empieza con la definición*
Wait... ¿¡TENEMOS ESTO EN NUESTRA MITOLOGÍA!? ¿¡POR QUÉ NADIE ME HA INFORMADO SOBRE ESTO!? VISCA CATALUNYA COLLONS! [????????????]

Ahem, ahem, ahem. Me exalto.

Bueeeno~ este es el primer corto de la actividad que me leo y, sí, tengo tantas ganas de procrastinar que hasta comento. Mola, ¿eh? No para mí tho [?]. Pero hey, es solo un relatillo. ¿Cuánto me va a llevar comentarlo? Y es que es mejor que vaya redactando el coso justo después de leer porque, si no, no lo voy a hacer nunca. Dicho esto... voy a empezar que me dejaste cierta... impresión. No diré terror porque, eh, I'll be frank; tengo el sentido del terror un poco trastocado. Pero no mentiré; si fuera un poco más sensible a estas cosas se me habría puesto la piel de gallina por lo menos. Lo que sí diré es que sí percibí que algo iba a ir terriblemente mal entre tanta ternura y tanta dulzura. I mean, es un relato de terror, ¿no? That's expected.

Pero los pequeños indicios que se han ido apilando y tengo que decir que la escalada ha sido cuánto menos adecuada. No demasiado lenta; pero tampoco tan atropellado como para no dejar que se genere un poco de tensión. Also ffs Aura, no hagas jumpscares que luego no te a hacer caso ni el tato [???]. Pero yeah, un buen manejo de la tensión overall. Y es que los ambientes familiares también despiertan simpatía por los personajes y te hacen desear que por dios no les pase nada. Lástima que estamos tratando con un trollazo catalán aquí y no va a dejar a Norman hacer su trabajo en paz :3 [?].

Que, hablando de la criatura de marras...
Cita:Un mightyena con una sonrisa diabólica, ojos rojos y la pata delantera derecha recubierta de metal le sonrió, lo que paralizó al líder nada más verlo.

... I'm sorry, pero... ¿por qué... por qué, en vez de pensar en la criatura que se supone que es, me vino la imagen de "smiling dog" y "Jeff the Killer" al leer eso...?
 
[Imagen: ?u=http%3A%2F%2Fimg4.wikia.nocookie.net%...f=1&nofb=1]
Ah, bueno, no importa. El caso es que luego se fue todo al carajo, dejamos intuir que Aura está siendo magullada brutalmente por la hiena y luego pof. Todo se ha quedado en un susto. ¿Dije alguna vez que soy una simp por estos settings oníricos? Y mucho más cuando al final resulta que la pesadilla continúa, like... OHOHOHOHOHO, oooh Norman, what a HELL of a NIGHT you'll have, trying to protect the child. Desde luego el perro se ha quedado muy a gusto durmiendo encima del pobre hombre. What a good boi he is.
(Sí, el schandenfreude aquí es muy fuerte [???????????????????????????????]).
Anyhoo, ha sido una buena lectura. Entretenido, even. See you in 1 billion years honey B) [????]

Cheeriooo~.
[Imagen: lXa8t3F.png]

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#5
Mostrar Me llamo Pesanta, pero me dicen...
Es la primera vez que escuchó la palabra Pesanta y de la existencia de tal ser relacionado con la paralisis del sueño, pero al existir tantos entes relacionados con este fenómeno... siento que tampoco me extraña tanto. Por otro lado... el único punto que parecen compartir todas estas criaturas es ese aire demoníaco que traen con su existencia.

Esa May es una loquilla... traumatizando a su padre, solo porque se aburria de esperarlo Malicious Pobre Norman que no solo tiene que cargar con el trabajo acumulado y las labores de amo de casa, sino que también debe encargarse de las secuelas que trae tratar con su hija y sus bromitas de media noche.

Estos niños que les gusta escuchar historias de terror... para después estar temiendo hasta su propia sombra son un caso....

Supongo que el susto que le dio May fue más grande de lo que pensaba y derivo a una pesadilla en el momento en el que el cansado cuerpo de Norman toco la silla de su oficina o quizás todo desde el inicio fue un sueño que Mightyena eventualmente manipulo hasta convertirlo en una pesadilla.

Supongo que es algo que solo nuestra/o Mightyena tipo siniestro y metal sabra con certeza.
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