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Tommy : El creador de Ion te quiere dedicar unas palabras:
"Nos encanta que hayas aceptado de tan buena manera a las dos nuevas integrantes del grupo y al poderosísimo camper (cuyo nombre aún no ha sido revelado?)
En cuanto a las habilidades y pasado de los protas, son cosas que poco a poco se irán descubriendo mientras viajamos con ellos, porque en verdad que son un estuche de monerías.
Sobre la idea del Mareep... ¿Qué te puedo decir? Tai e Ion son entrenadores que tratan siempre de pensar por fuera de la caja y solucionando de formas poco comunes (aunque claramente no siempre resulten bien) lo importante siempre ha sido mantenerse optimistas."
Creo que mi amigo dijo todo lo que se tenía que decir, salvo que se logre mantener el balance de "Slice of life" con algo de "Shounen" conforme vayamos avanzando.
Nada más para aclarar, Chris es el nombre por default para varón en Pokémon Crystal, por eso se dejó el nombre tal cual. En caso de chica, el nombre es Kris.
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Katsurane : El creador de Ion tiene algunas palabras para ti:
"Taito e Ion representan básicamente lo que muchos pensamos con nuestro avatares a través de la historia.
Tomar a Silver y Chris funciona para mostrar en que parte del tiempo nos encontramos durante nuestra aventura (y para apalancar un dúo con un nivel de poder similar al de Ion y Tai ?) y probablemente se explique en un futuro como terminaron trabajando juntos."
Para complementar eso último y para que te des una idea muy vaga de la relación entre ellos dos. Esta historia, "en teoría", ocurre un año después de los eventos de G/S/C, por eso se mencionó que han pasado cuatro años desde que desapareció Red, ya que el juego da a entender que han pasado tres años desde los eventos de R/B/Y. Para aclarar mejor eso, se mencionó que un año atrás, Chris y Silver derrotaron al Team Rocket. Es más que claro que hay y habrá libertades creativas con ellos dos, como profundizar más qué pasó después de esos eventos y que se le aumentó su edad.
A lo mejor no me di a entender mucho en ese aspecto y ojalá que con esto se entienda un poco más qué onda con ellos dos, aunque reitero que hay más que los eventos de G/S/C.
Capítulo 3: Las enseñanzas del viaje.
Ruta 34, Carretera Ilex- Goldenrod, Estancia de cuidado Pokémon regional, 20 de junio del 2021.
La gente se estaba acercando a la casa rodante por el olor de la carne que estaba en el asador, pero lo que llamaba más la atención era cómo Ion movía los cuchillos para hacer los cortes de la carne. Su manejo de los utensilios era preciso, como si fuera un chef profesional, en especial que usaba un termómetro de mano para saber la temperatura interna de la carne.
Cuando Ion observó que la carne estaba en su temperatura perfecta, él la retiró del asador y colocó el corte en una tabla para cortarla finamente. El joven foráneo vio que la carne estaba en su punto perfecto y llevó las piezas cortadas a un plato grande para que Mónica y Alicia pudiesen degustar, al igual que los curiosos que se acercaron y salivaban con el simple olor del platillo.
—Público que me acompaña, ¿Quién desea probar primero? — La pregunta de Ion hizo que los presentes dieran un paso adelante, pero vieron que Mónica tomó el tenedor y picó un pedazo.
—Con su permiso…—La joven mujer probó la comida y todos los presentes esperaban una reacción, aunque Mónica volvió a tomar un pedazo de carne. — ¿Por qué me están mirando así? Dijo que probáramos…
Sin dudarlo, los presentes tomaron palillos o utensilios para tomar de la carne preparada por Ion, la cual fue bien recibida ya que el rostro de los invitados indicaba lo bien que salió el corte, haciendo que el foráneo se empezara a carcajear porque una vez más sus habilidades culinarias sobre carnes han sido demostradas.
—No hay… ¿Una opción vegetariana? — Comentó Alicia al alejar el plato con su dedo y Mónica tomó la porción de ella.
—Espera a que Taito termine de hacer su entrevista y pídele que te prepare algo. — Comentó la campeona regional mientras seguía comiendo. La adolescente volteó a ver al investigador y vio cómo estaba con un entrenador que llevaba en sus manos un huevo Pokémon.
—Entonces, ¿Cómo sabes que ese Pokémon va a heredar un movimiento del padre? — Preguntó el joven mientras sostenía su celular como si fuese una grabadora, pero el rostro del entrevistado se veía molesto.
—Oye, si solamente quieres tener el huevo, sólo pídelo. — El entrenador le entregó bruscamente el huevo para marcharse del lugar. — Fenómeno…
—¡Hey! ¡No respondiste! — Exclamó Taito, aunque el entrenador no volteó a verlo. — ¡Dejaste tu Pokémon!
—Déjalo Taito. — Mónica llamó al investigador. — Son de esos entrenadores que buscan a la cría perfecta, cuando lo obtienen, dejan a todos los demás en la guardería. — La mujer tomó su vaso para darle un sorbo.
—¿En serio hay personas así? — Preguntó Ion al sentarse con su porción de comida en mano. —No es algo… ¿Inmoral?
—Desde que las competencias se volvieron más mainstream, muchos entrenadores recurrieron a esto para poder conseguir un título de campeonato y a su vez, patrocinadores. Hoy en día es común que pase esto, de hecho, desde hace unos años han aumentado enormemente el abandono de Pokémon. — Explicó la campeona y notó que los chicos se veían un tanto decaídos al ver que posiblemente los entrenadores que hay en este lugar estén haciendo esta práctica, en especial a Taito, quien tenía un huevo Pokémon en sus manos.
—Por ello mi hermana y yo trabajamos para Light Balance en su organización sin fines de lucro para que se puedan adoptar estos Pokémon abandonados. — Agregó Alicia a la explicación y así lograr motivar al dúo. — Así que no se sientan tan mal chicos, si ustedes pueden adoptar, nos harían un gran favor.
—Viéndolo desde ese punto de vista… — Taito miró a la criatura que tenía en sus manos. —Supongo que hago un bien…
—Sí y te lo agradezco mucho, pero ¿sabes con qué te agradecería más? — Alicia captó la atención del investigador y ella le hizo unos ojos tiernos.
—Ah… claro, en unos momentos te preparo algo…— El investigador se metió a la casa rodante para dejar el huevo que tenía en las manos.
En lo que Taito preparaba algo, él liberó a sus compañeros de bolsillo para que puedan comer del puré de bayas que aprendió hacer en sus primeros días de asistente en el laboratorio de Elm. Al ver lo que estaba haciendo el joven, Ion y Mónica hicieron los mismo a los suyos para que acompañaran a los otros en la comida.
Uno de los Pokémon de Mónica es la evolución final de Golbat, su color morado es bastante atractivo y que sus alas se dividieran en dos resulta curioso para cualquier entrenador que cuidó al murciélago. El segundo es un Scyther que apenas vio al Spearow de Ion, este tomó su distancia.
—¿Ya tienen un plan contra Whitney? — Alicia llamó la atención del dúo cuando por fin obtuvo su plato de tallarines fritos sazonados con salsa de soya y acompañadas con verduras al vapor. — Se dice que para muchos entrenadores novatos ella ha sido un dolor de cabeza.
—Se puede hacer lo que hicimos en Azalea…— Ion se encogió de hombre mientras seguía comiendo.
—No, ni se te ocurra. — Interrumpió Taito al sentarse con su plato de comida. — Ha pasado una semana y aún se sigue hablando de eso.
—Pfft, como si nadie lo hubiera hecho antes…
Azalea, 13 de junio del 2021; Pozo Slowpoke.
—Ya estoy grabando…
Taito enfocó la cámara a un pequeño pozo de agua, el investigador estaba filmando a dos Slowpoke que se encontraban en las orillas del lugar los cuales parecían que estaban cuidando de un huevo. Lo que deseaba el joven era ver el nacimiento de una de estas criaturas, esto lo sabía porque el huevo estaba moviéndose bastante.
—Cómo pueden ver, aquí está una pareja de Slowpoke que están cuidando a su cría, los llamé Sujeto #2 y Sujeto #3. Lo que me llamó la atención fue ver que uno de ellos hacía movimientos psíquicos y el otro hacía ataques de agua, así que espero que la cría pueda usar esos dos movimientos desde su nacimiento.
Un pequeño empujón interrumpió la grabación de Taito y él enfocó la cámara para ver quién o qué lo había molestado. No era más que un Slowpoke que estaba chocando con el investigador, a lo que decidió moverse y notó el joven que donde estaba parado yacía una marca que era del mismo tamaño que el Slowpoke que lo estaba molestando.
—Cierto… Este es Sujeto #1. — Taito enfocó a la cámara al Slowpoke que lo había empujado. —Esta criaturita lleva encima una piedra en forma de una corona en su cabeza, supongo que es el líder de la camada… Si es que los Slowpoke tienen un líder…
El Slowpoke que lo interrumpió llevó su cola al agua y se quedó mirando a Taito por unos segundos. El investigador captó lo que quería el Pokémon y dejó el tripié en una zona segura para buscar su caña de pescar casera, la cual fue hecha a base de un montón de palos de madera amarrados con una cuerda, en la punta se amarró un hilo con un pequeño cebo de plástico al final del hilo.
—Sujeto #1 me enseñó a pescar y este Pokémon lo hace todos los días alrededor de las 7 de la noche. — Taito bajó la cámara para enfocar al Slowpoke que estaba pescando. — Di hola Sujeto #1. — El Pokémon acuático hizo un largo bostezo. — Con eso basta… Supongo que dejaré la cámara enfocada en la pareja mientras paso el tiempo a ver si pesco algo…
El investigador lanzó su hilo de su caña de pescar y tomó asiento en una de las pocas piedras que parecían ser cómodas, él relajó su cuerpo mientras esperaba con ansias el momento del nacimiento de aquella pareja de Slowpoke.
—¡Taito!
La voz de Alicia hizo eco en la cueva y el investigador se puso de pie para recibirla. Ella alcanzó a su compañero de viaje, pero lo primero que hizo fue recuperar el aliento y tomar agua de la botella que trajo Taito consigo. Al ver que ella se estaba tomando su tiempo, él empezó a guardar sus cosas debido a que ella no la dejaría continuar con su investigación.
—¿Qué pasa Alicia? — Preguntó bastante preocupado el investigador cuando la adolescente recuperó algo de aliento.
—El gimnasio… Mónica e Ion… En llamas…—Dijo la chica mientras seguía tomando bocanadas de aire. — A su puta madre…— Exclamó la adolescente al apagar su diadema por unos segundos.
—No entiendo, toma aire y dímelo en una sola oración. — Taito vio cómo Alicia hizo una gran inhalación.
—¡El gimnasio está en llamas! ¡Mónica e Ion siguen ahí! — Gritó la joven y su voz resonó a lo largo del pozo.
—¿Qué dices?
Taito subió por la escalera y lo primero que vio al salir del pozo fue una luz naranja a lo lejos junto con el humo negro que se esparcía por toda la ciudad. Al ver el peligro de la situación, él buscó sus cosas y le pidió a Alicia a que se subiera a la moto, no obstante, el Slowpoke que estaba pescando con su cola lo detuvo con un pequeño grito.
—Ahora no Sujeto #1, hay algo muy importante que tengo que atender…— El Slowpoke se quedó mirando fijamente a los ojos de Taito, él no sabía si los ojos del Pokémon acuático le decían que podía ayudar o que solamente estaba perdido en sus infinitos pensamientos.
—¡Apúrate! — Exclamó la adolescente desde las afueras del pozo.
—¡Ya voy!
El investigador se quedó mirando al Slowpoke, el joven soltó un largo suspiro y se acercó al Pokémon para cargarlo en sus brazos. Taito no sabía si el acuático pesaba demasiado o este estaba haciendo peso muerto porque alguien lo estaba cargando, sin importar el motivo, el joven logró levantarlo y llevarlo con Alicia para que ella lo mantuviera a salvo.
—¡Agárrense fuerte!
Taito encendió su motocicleta y sin dudarlo empezó a subir la velocidad para llegar lo más antes posible al gimnasio de la ciudad. Tanto Alicia como el joven vieron cómo algunos ciudadanos salían de sus hogares para presenciar el incendio, al ver tantas personas así de curiosas, solo hizo que el joven acelerara todavía más.
No pasó más de cinco minutos para que ambos llegaran a su destino y lo primero que vieron fue al líder de gimnasio guiando a los presentes a que tomaran la mejor ruta de evacuación, por su parte, Mónica indicaba a su Crobat a que levantara arena del suelo con sus alas para que intentara apagar las llamas y la mujer estaba rociando el lugar con un extinguidor. Mientras ellos estaban haciendo eso, Ion estaba hablando con el medio local de lo que estaba ocurriendo.
—Me sorprende que haya ocurrido aquí, sé de primera mano que los aires acondicionados industriales de la marca Labair es de lo mejor en el mercado, pero si no se le da el mantenimiento correcto puede llegar a ocurrir estos accidentes. — Explicó Ion mientras el camarógrafo estaba enfocando al incendio. — De hecho, esto pasó dos veces en Hoenn hace más de 10 años y fue por lo mismo, la falta de mantenimiento.
El reportero le dio un codazo al camarógrafo para que enfocara a Taito, quien llevaba en su cabeza al Slowpoke que se trajo mientras le ordenaba que hiciera un ataque de agua, orden que no acató y dejó caer todo su peso sobre las manos del investigador mientras que soltaba un largo bostezo.
Gracias a la ayuda de otros civiles con sus Pokémon, lograron apaciguar el fuego y todos empezaron a felicitarse por el buen trabajo hecho, no obstante, Taito seguía en el suelo porque el Slowpoke continuó haciendo más peso muerto, obligando al investigador a que cayera rendido.
—Ojalá estés cómodo Sujeto #1. — Exhaló Taito mientras intentaba sacarse de encima al Pokémon acuático, no obstante, este ya estaba dormido encima del joven. — Si serás…
—¿Estás bien? ¿No tienes daño cerebral? —Alicia se acercó al joven para burlarse de él, mientras que Mónica estaba limpiándose el rostro con una toalla húmeda, el cual se la prestó al investigador para que también se limpiase la suciedad provocada por el humo.
—Solo… Dame unos segundos. — Respondió Taito, aunque de inmediato fue mojado por un chorro de agua provocado por el Pokémon que tenía encima.
El investigador soltó un largo quejido y de su bolsillo sacó un dispositivo de captura, que, a diferencia de los tradicionales, este es de color azul marino que es dividido por una “V” color rojo en el centro y dentro de esa área hay tres líneas amarillas verticales. El joven tocó al Pokémon con su dispositivo y este se dejó capturar sin ningún problema.
—¡Traigo buenas noticias equipo! — Ion se acercó a sus compañeros de viaje. — Bugsy nos otorgó la medalla del gimnasio por haber ayudado a apagar el fuego y nos regaló una noche en el hotel de la ciudad, ¿Qué les parece? — Concluyó el foráneo con una sonrisa.
—Me alegra oír eso. — Comentó Mónica con un rostro alivianado. — Después de esto me encantaría arreglar mi cabello, parece que el calor intenso hizo que se abrieran varias puntas, ¿Me ayudas en eso Alicia? — La hermana menor asintió con la cabeza y con una sonrisa.
—¿Qué dices Tai? ¿Pasamos por algo para celebrar? — El investigador alzó su mano para que su compañero lo ayudase a levantarse, no obstante, lo único que recibió fue un fuerte choque de palmas. — ¡Esa es la actitud! Voy a preguntar a los lugareños si hay un buen lugar. — Ion se marchó sin levantar a su compañero.
—Mónica. — Taito llamó a su compañera de viaje aún recostado en el suelo. — En tu idioma o región natal, hay una forma de expresar: amargura, resentimiento y un poco de cólera, ¿en una sola frase?
—¿“Me lleva la chingada”? — Respondió la campeona occidental y el joven repitió la frase como pudo en un quedo susurro.
—Vaya… Hasta me siento un poco más relajado…que terapéutico fue eso…
Ion se encogió de hombros tras escuchar lo que había dicho su compañero de viaje y aprovechó para pedirle disculpas, ya que no había captado lo que realmente quería decir en ese momento, aunque se excusó de que la cena de esa noche fue bastante buena y que deseaba volver a Azalea para probar de nuevo ese platillo.
—Pude haber hecho más con mi Swampert, pero mi equipo sigue en el extranjero…— Comentó Mónica con un suspiro nostálgico.
—¿A qué se debe eso? — Preguntó Ion con una rebanada de carne en la mano.
—Como la gran parte de mi equipo no es endémica de Johto, se deben de someter a varias pruebas y exámenes para ver si su instancia podría afectar la fauna de la región, en caso de que sea así, los médicos harán las vacunaciones necesarias y de nuevo se realizarán los exámenes. — Explicó la campeona mientras le mostró los documentos de los exámenes preliminares de sus compañeros, aunque Ion no entendió nada porque estaba en español
—¡Detente!
Alicia alzó la voz para regañar al Slowpoke que estaba intentando morderse su cola, la adolescente levantó la mano para intimidar al acuático, no obstante, el Pokémon intercambiaba su mirada entre la chica y su cola. Con una lentitud, intentó morder su cola, pero fue detenida por Alicia con un manotazo ligero.
—¿Seguro de que era el líder de los Slowpoke? — Comentó Ion al ver cómo el Pokémon acuático se mordió la cola mientras Alicia le seguía dando de manotazos para que lo soltara. — Se me hace que es… Especial…
—Déjalo Alicia, lo que quiere es que lo lleve a un lado a que pesque. — Taito se acercó a su Pokémon con una cubeta llena de agua y el Slowpoke colocó su cola en la cubeta, el rostro relajado de la criatura acuática indicó que eso era lo que quería. Cuando todo estaba listo, todos regresaron a la mesa para continuar con la comida.
—¿Tienen un plan contra Whitney? — Volvió preguntar Alicia al dúo mientras comía el Yakisoba de Taito.
—Ni siquiera tenemos un “Pla.”
La respuesta de Ion hizo que Alicia se limitara a colocar sus manos en su rostro con suma decepción. El joven foráneo continuó con unas risas para darle la confianza a la adolescente de que ellos podrían contra la líder de gimnasio con facilidad.
Lo que los cuatro les tomó sorpresa fue ver cómo una criatura azul cayó desde la sombrilla que había en el centro de la mesa en el plato de carne, lo que hizo que salpicara los jugos a todos los presentes. Mónica, Ion y Tatio se limitaron a limpiarse con la servilleta que habían usado, pero Alicia cerró los ojos y empezó a hacer ejercicios de respiración.
—Si esa cosa sigue ahí cuando abra los ojos… Voy a romper mi pacto por los próximos diez segundos. — Alicia buscó una servilleta para limpiarse, a su vez de tratar de calmarse con los ejercicios de respiración.
—Es un Wooper, ¿esa cosa cómo se puede levantar si ni brazos tiene? — Comentó con unas risas el joven foráneo.
Como si un muerto viviente fuese, el Pokémon acuático se levantó con una fuerza inexplicable y en su boca mordía el Tomahawk que estaba en la mesa. El grupo se quedó sorprendido de ver lo que es capaz esta criatura, pero en el momento de que el Wooper saltó fuera de la mesa, Ion no dudó en seguirle el paso.
—¡Devuélveme eso! — El joven empezó a perseguir a la pequeña criatura.
—¿No piensas ayudarlo? — Mónica preguntó al investigador.
—Mmm… Él puede, solo es un Wooper, si la cosa se pone densa, tiene a Ricardito…— Taito tomó un sorbo de su bebida, aunque los gritos de Ion hacían que el investigador se retractara de sus palabras e hizo que se levantara del asiento para ayudar a su compañero.
—¿Te crees más listo que yo? ¡Adelante! ¡Hazme el día! — Ion retó al Pokémon con una pose sacada de una película del viejo oeste.
Era más que obvio que el Wooper no entendía lo que decía el joven, así que se dio media vuelta y continuó con su gran escape, algo que Ion no le permitió al dar un salto largo para estar enfrente del criminal. De nuevo estaban uno contra uno, Ion movía sus dedos con sutileza, listo para atraparlo si se le escabullía entre las piernas.
—Ion, ya me conoces lo suficiente, sabes que puedes confiar en mí. — El joven investigador se acercó a su compañero para ayudarlo.
—¿Sí? ¿Quién va fiarse de una persona que usa lentes de contacto y lentes al mismo tiempo? ¿No confías en tus ojos? —Las declaraciones de Ion lograron que Alicia y Mónica miraran a Taito con una ceja alzada.
—Eso solo fue una vez y fue por inercia. — Excusó el joven investigador. — El punto aquí es que dejes de amenazar al Wooper, ese Tomahawk ya no sirve…
—Pero es mi carne…— Argumentó el foráneo con decepción, momento que aprovechó el Pokémon para escabullirse y se dirigió a la valla del rancho de la guardería, el cual en una sección estaba rota dónde podía meterse sin dificultad.
El grupo se acercó a esa valla para buscar al Pokémon acuático, lo cual sería trabajo fácil por el simple hecho que llevaba en su boca un pedazo de carne casi del mismo tamaño que la criatura. Cuando Alicia logró encontrarlo, Ion se metió al rancho sin autorización del dueño, con prisa, el resto del grupo se dirigió a la recepción para que les autorizaran la entrada.
Teniendo en cuenta en dónde estaba el Wooper, el trío se decepcionó del joven foráneo al verlo pelearse con el acuático. Entre tanto jaloneo de ambos lados, Taito logró separar a los dos para que el Pokémon se fuera con el corte.
Cuando vieron que el Wooper se fue lo bastante lejos, el investigador ayudó a su compañero para levantarse del suelo, pero lo que no se espero el foráneo fue ver cómo el Pokémon con el que estaba peleando había dejado el corte en el suelo, haciendo que este se enojara. Al ver cómo se estaba poniendo, Taito lo quiso calmar, pero el crujir de los dedos de Ion indicaba otra cosa.
—¿No escuchan como un llanto? — Mónica captó la atención del grupo y el grupo guardó silencio.
El sonido de un llanto llegó a los oídos del grupo, los lamentos se escuchaban como si alguien estuviese lastimado y triste. Poco a poco el llanto se hacía más fuerte y Mónica dio con la criatura que estaba llorando, el cual no se encontraba solo, ya que estaba acompañado del Wooper que había robado el Tomahawk, aunque solo tenía el hueso en la boca.
El Pokémon acuático dejó el hueso en el suelo y trató de llamar la atención de la otra criatura que estaba llorando. Los cuatro sabían que el Pokémon era un Cubone, lo que extrañaba al grupo era que esta criatura tenía una cubeta de plástico en la cabeza con unos agujeros para que pudiera ver, además, el Pokémon de tierra llevaba una pala de plástico como reemplazo de su característica arma de hueso.
Cuando se pudo calmar, la criatura observó el hueso que trajo Wooper y el Cubone dejó su pala para tomar el regalo que le dieron. El Pokémon de tierra sostuvo el hueso de la Tomahawk e hizo algunos movimientos para probar lo fuerte que era, pero al cabo de unos azotes al aire, soltó el hueso para volver a sollozar mientras recogía su pala de plástico y se aferró a ella.
—Mi vida…— Mónica soltó un suspiro desolador mientras se agarraba el pecho por el dolor de tener que presenciar ese vínculo de amistad. Acto seguido, ella empezó a darle de manotazos al hombro de Ion — ¡¿Por qué eres un desalmado?!
—¿Yo qué iba a saber? — El foráneo logró de evitar uno de los manotazos de su maestra, pero esto hizo que ella se molestara más y metiera más fuerza en sus golpes.
—Es más que obvio que la teoría de que la madre de un Cubone fallece cuando este nace queda descartada, por lo menos los de crianza selectiva claro está…— Comentó Taito al recordar las lecturas de una de las investigaciones del Profesor Elm. — Lo que no podemos negar es el hecho de que su ADN está diseñado a seguir sus patrones, entre ellos el hecho de que debe portar un casco y un hueso, por ello no aceptó el hueso que le trajo el Wooper, su arma debe ser muy específica, ni me quiero imaginar su cráneo…
—Nunca creí decir esto, pero… ¿Si vamos a una carnicería? — Alicia se tuvo acomodar el cuello de su camisa tras decir eso. — No se me ocurre una mejor opción.
—¿Y dónde vamos a encontrar una carnicería a mitad de la carretera? — Ion regresó sobándose el hombro tras recibir varios golpes por parte de Mónica.
—Si partimos ahora, lo más probable es que lleguemos a Goldenrod para el amanecer. — Respondió Taito al checar su mapa en el celular. — Tras ver esto, no me quiero imaginar cómo la debe de estar pasando este Cubone.
El investigador se agachó para estar a la altura del Pokémon y este dio unos pasos hacia atrás por el miedo, aunque usó su pala de plástico para intimidar, aunque el sollozo de la criatura indicaba lo contrario. Taito se señaló para luego señalar el hueso de la Tomahawk, finalmente hizo unos movimientos como si tuviera un mazo en las manos. El Cubone bajó su pala y de inmediato calmó el llanto, el Pokémon señaló el hueso e imitó los movimientos del mazo, lo cual asintió el investigador.
Lo mismo hizo con su cubeta de plástico, la cual señaló para indicarle que también quería su casco cadavérico, petición que de nuevo aceptó Taito. Al comprender lo que dijo Taito, de nuevo el llanto se hizo presente, aunque ya no se escuchaba ni melancólico ni lastimoso, lo cual era una buena señal.
—Supongo que eso significa que lo piensas adoptar. — Comentó Alicia al ver cómo Taito logró cargar con facilidad al Pokémon de tierra, a lo que investigador afirmó a lo dicho por la adolescente. Ante ese acto, ella no dudó en sacar su celular y pedirle a su compañero de viaje a que sonriera para la foto. — Esto va a ser muy bueno para la fanpage…
—Bueno, supongo que hay que marcharnos de una vez, el viaje puede ser cansado y espero que el pequeño no se nos vaya a asustar. —Comentó Ion ya más relajado por la situación.
Todos acordaron por lo dicho por el joven foráneo y decidieron regresar a la recepción para decir que se iban a llevar al Cubone. Lo que no se esperó Ion fue recibir un golpe bastante fuerte en la pierna y él sintió como una descarga eléctrica recorrió su cuerpo, obligándolo a arrodillarse. Volteó a todos lados hasta dar con el Wooper, quien estaba ahí parado sonriéndole.
—Eso ya es para tarjeta roja, ¿Lo sabes? — Ion logró pararse con tranquilidad y el Pokémon acuático seguía ahí parado sonriente. — ¿Qué quieres? Ya te llevaste mi carne y vamos a ayudar a tu amigo.
—Lo que quiere es que te lo lleves. — Comentó Alicia al foráneo. — Si nos estamos llevando a su amigo, cree que tú también lo vas a adoptar.
—¿Por qué debería?
—Lo vas a adoptar. — Mónica alzó la voz y su dedo índice. Ion quiso excusarse, pero la campeona le interrumpía. — Nada de peros, hazme caso. — El joven se cruzó de brazos y soltó uno que otro refunfuño. — Eso es, te daré una estrellita cuando estemos en la casa rodante.
—Mas te vale…— Volteó a ver al Wooper que seguía con la misma expresión. — Adelante, sé mi invitado…— Sin decir más, el acuático se encaminó hacia el grupo y con lentitud Ion le siguió el paso, esto es debido a que aún sentía el hormigueo del golpe que recibió por parte de su nuevo compañero de bolsillo.
El dúo acudió con uno de los encargados del área para reportarles de que ellos iban a llevarse a los Pokémon que los estaban acompañando, ante esa noticia, el encargado les hizo entrega de los dispositivos para que puedan guardarlos. Con eso aclarado, el grupo empezó a guardar las cosas dentro de la casa rodante.
La dinámica que tiene el grupo es bastante clara, Mónica e Ion están encargados de conducir la casa rodante, la campeona conduce en la mañana y tarde noche, mientras el foráneo se toma el turno nocturno acompañado del investigador para que la travesía no se le haga pesada.
Cuando están en una ciudad o pueblo, Taito junto con Alicia o Mónica son los encargados de buscar los suplementos necesarios para continuar con el viaje, en especial alimentos frescos o enlatados en caso de que el siguiente camino fuese más largo de lo normal.
Todos, menos Alicia, tienen el deber de preparar los alimentos del día, Taito es el encargado de los desayunos y de los alimentos de los Pokémon debido a su experiencia en el laboratorio de Elm. Ion es el encargado de la comida debido a que él es amante de la comida un poco pesada, aunque de una forma u otra logra encontrar un balance. Por último, Mónica se encarga de la cena, ya que, según sus palabras, necesita contrarrestar todo lo que cocinan los demás.
Por último, el dúo quedó de acuerdo de que las hermanas pudieran estar en la única habitación de la casa rodante para que pudieran estar más cómodas, por su parte, los chicos duermen en los asientos de piloto y copiloto, los cuales se pueden girar y reclinarse, además de que estos son lo suficientemente cómodas para descansar, ya si lo veían necesario, uno de los dos puede irse al sofá del comedor.
—Ya puedes usar el baño Ion. — Comentó Taito al regresar al comedor con ropa fresca y cómoda. El joven se quedó mirando la frente de su compañero, la cual contaba con una pegatina de una estrella color roja.
—¿Qué pasa?
—Nada… El agua está en su punto, aprovecha…—Al oír eso, el joven foráneo se levantó del sillón y se dirigió al baño para ducharse, espacio que aprovechó la adolescente para estirar su cuerpo. Cómo Taito no tenía a dónde sentarse que no fuese el área de barra, el investigador se sentó en el asiento del copiloto para acompañar a Mónica.
—Alicia, ya van a dar las 5:30, te toca la clase de matemáticas. — Comentó la campeona occidental y se escuchó un quejido por parte de Alicia. — Nada de quejidos, ambas sabemos que debemos mantener la beca.
—Pero nuestras becas son deportivas…
—Nada de peros, órale. — Con un paso lento la adolescente buscó su tableta.
—¿Becas deportivas? —Preguntó con cierta curiosidad el investigador.
—Light Balance nos apoya económicamente para que sigamos compitiendo. — Respondió la joven. — A mí me apoyaron antes de que entrara a la universidad cuando gané un regional en mi categoría y Alicia le pasó igual, pero como ella asiste a una escuela, sí le piden que tenga buenas calificaciones para que mantenga su beca. Ellos quieren que mi hermana sea un ejemplo de cómo debe ser un estudiante ejemplar, ya sabes, aplicada y que destaque en deportes, o en nuestro caso, combates Pokémon.
—Entonces, ustedes y nosotros seremos rivales en el torneo. — Continuó Taito y Mónica asintió con la cabeza. — ¿Por qué nos estás ayudando?
—Es una historia… curiosa. Cuando entré a la universidad, en mi generación estaba este chico… José María del Pilar Augusto, ese…— Mónica se aguantó las ganas de soltar una majadería. — Ese chico… desde que rozamos en una competencia intercolegial, nos agarramos un odio, pero un odio jarocho. — Taito quiso interrumpir para preguntar el significado de eso, aunque la forma de expresarse de la mujer bastó para comprender a qué se refería. — Ambos perdimos en el intercolegial, no obstante, cuando ganó su primer torneo occidental, nunca dejó de restregarme en la cara lo mejor que era, olvídate cuando ganó el año siguiente.
—¿Ego inflado?
—Infladísimo. — Continuó Mónica. — A pesar de que gané este año el torneo, no sentí que fuese una victoria porque no me enfrenté a él, fue eliminado en las semifinales por un chico de Unova. Cuando se me acercó a “felicitarme”, uno de nuevo ingreso le pidió que la ayudara a entrenar para que pudiese competir en el intercolegial… Ya te imaginarás a dónde termina esto.
—¿Competencia de quién tiene el mejor alumno? —La mujer asintió de nuevo.
—Mónica, ¿no puedo faltar ya? Es la última semana de clases…
—¡Que no! Aparte, no solo te queda una semana de clases, te queda un año de preparatoria y también quiero que vayas a la universidad. — Mónica enfatizó en lo último. — Ellos me ayudaron con mis estudios y quiero lo mismo para ti. — Como la joven no escuchó respuesta de Alicia, supuso que ella empezó a prepararse para tomar su clase.
—¿Qué estudiaste?
—Pedagogía. — Respondió Mónica.
—Eso explica esos métodos de enseñanza…— Comentó Taito al apartar la mirada.
—Por cierto, ¿hicieron su tarea?
—Yo sí, no sé Ion. — El investigador se levantó de su asiento para preguntarle a su compañero que aún seguía en el baño.
—¿Era en serio lo que dijo? — La forma en que preguntó Ion respondió la duda que tenía Taito.
—Que Arceus esté contigo…
—Oye, pásame la tarea, no seas cruel conmigo, ya sabes cómo se pone…
—Es pedagoga, se dará cuenta fácilmente, además, ya eres lo suficientemente grande para ser responsable de tus acciones…— Comentó Taito con clara burla.
—Mi venganza será terrible…
El investigador regresó a su asiento para relajarse y seguir platicando con Mónica. Espera que el combate que pronto tendrán contra Whitney sea a su favor, en especial de que ahora cuentan con nuevos compañeros de bolsillo, lo que le ayudaría a crear una mejor estrategia para cualquier situación que le pongan enfrente, en especial de que la campeona occidental está apoyándolos a que sean mejores entrenadores.
Taito analizó la situación y se siente confiado de lo que muchos consideran la pesadilla de entrenadores novatos, sea una caminata en el parque. O eso era lo que quería creer.
—Me pueden explicar ¿Cómo ocurrió todo? — Preguntó Mónica restregándose sus manos en su rostro. — ¿Saebn qué? Mejor no me digan nada, ¿Cuál era su plan?
—Este… Ion empezó con su Geodude, venció fácilmente a la Clefairy, Whitney mandó a su Miltank, hicimos relevo, mandé a mi Hoppip para envenenarla y dejar que el Geodude de Ion aguantara el resto del combate. — Explicó Taito sin mirar a su maestra.
—Palabra clave, “dejar.” ¿Qué salió mal?
—El Hoppip fue noqueado de un solo golpe y mi Geodude quedó hechizado por el Attract de Miltank… No fue nada bonito lo que pasó después…— Continuó Ion.
—Por Rayquaza que surcas en los cielos…— Mónica tomó un largo respiro. — Vale, lo que me importa. ¿Qué aprendieron mis niños?
—¿Hay que tener plan B? — Respondió con duda el foráneo.
—Ajá…
—¿Conocer las debilidades y fortalezas de mi Pokémon? — Respondió Taito de igual forma.
—Muy bien. — La sonrisa de Mónica daba más miedo que tranquilidad en lo jóvenes. — Así que la próxima vez que vayan allá, no metan la pata, ya saben a qué se van a enfrentar, ¿Me di a entender?
—Sí maestra…—El dúo respondió al unísono.
—Aquí tienes a tu Cubone. — Alicia se acercó a entregarle el Pokémon a Taito, quien se le veía contento porque ya contaba con su cráneo y hueso a la medida, nada que ver con el rostro molesto de la adolescente. — Que sea la última vez que me manden a una carnicería.
—Tomen el día y mañana vayan con mente fresca, ¿vale?
El dúo accedió a la petición de su maestra y se dirigieron al sofá del comedor de la casa rodante para crear una estrategia. Cuando la noche llegó, ambos chicos quedaron de acuerdo de lo que iban a hacer en su próximo intento contra Whitney, que, en esta ocasión, se sentían más confiados que su plan anterior. Así que dieron por terminada la noche y se fueron a descansar, ambos quieren estar más frescos para reclamar su próxima medalla.