06 Sep 2019
11:11 AM
Palabras -
11:11 AM
Palabras -
- ¡No! -exclamó Serena- ¿Por qué a mí?
Pese a esa queja esa situación no era nueva, llevaba ya varias horas así, ella, que ilusa, pensando que el acto iba a ser mucho más breve se había llevado hasta una revista “Pokemon Path to Glory y la publicidad poco disimulada” se llamaba, la mencionada revista estaba ahora tirada de cualquier manera en uno de los extremos de la habitación arrojada por ella misma en uno de los espasmos de dolor que le sobrevinieron.
-Si mamá estuviera aquí…incluso Braixen o Sylveon-sollozó la de cabello dorado.
Sí, quizás incluso sus pokemon, por su condición de féminas hubieran sabido ayudarle, por desgracia para la chica de Kalos tanto su madre como sus dos pokemon habían salido a pasear, solo Pancham rondaba por la casa y el beligerante panda solo pudo huir a escape al ver a su entrenadora en tal estado.
Con dificultad la chica tocó sus piernas, luego fue bajando la mano progresivamente hasta sus tobillos, no parecían las de ella…tan hinchadas, tan dormidas…casi como si al acariciarlas fueran las de una extraña.
No era tan insólito que estuvieran así si tenemos en cuenta la postura de la chica: Cuerpo inclinado hacia delante, el trasero ligeramente levantado y las piernas entreabiertas con solo su prenda íntima a la altura de los tobillos. Ciertamente no estaba cómoda.
Podía verse reflejada en los pulidos azulejos de la habitación y no le gustaba para nada la imagen que le devolvían: La de una chica sudorosa y cansada de rostro pálido y demacrado que no era capaz de llevar a cabo lo que millones de personas en peores condiciones que ella sufrían en silencio.
Quizás fue ese rechazo a la imagen reflejada, un acto de rebeldía juvenil que le gritaba no dejarse vencer o quizás fuera que su propio cuerpo había reganado fuerzas, eso no importaba ahora. Ella se sentía revitalizada y puso todas sus nuevas fuerzas a su disposición.
- ¡AAAAAAAAAAAH! -chilló con fuerza para ahuyentar el dolor.
Hubo más chillidos desgarradores ya que verdaderamente los necesitaba para no sucumbir, al final le iba a venir bien quedarse en casa sola y todo.
- ¡P-Por fin! -expresó cansada cuando el trance había pasado.
Con dificultad la chica se levantó, inconscientemente su cuerpo hizo un par de amagos por caer al suelo, pero consiguió mantenerse firme. Acto seguido acarició con ternura su vientre; sin duda él también se sentía mucho más ligero y calmado.
Finalmente, la chica pulsó el botón correspondiente dejando que las aguas se llevaran las pruebas de su acto para después expresar agotada, pero aliviada:
-Adiós estreñimiento.
Pese a esa queja esa situación no era nueva, llevaba ya varias horas así, ella, que ilusa, pensando que el acto iba a ser mucho más breve se había llevado hasta una revista “Pokemon Path to Glory y la publicidad poco disimulada” se llamaba, la mencionada revista estaba ahora tirada de cualquier manera en uno de los extremos de la habitación arrojada por ella misma en uno de los espasmos de dolor que le sobrevinieron.
-Si mamá estuviera aquí…incluso Braixen o Sylveon-sollozó la de cabello dorado.
Sí, quizás incluso sus pokemon, por su condición de féminas hubieran sabido ayudarle, por desgracia para la chica de Kalos tanto su madre como sus dos pokemon habían salido a pasear, solo Pancham rondaba por la casa y el beligerante panda solo pudo huir a escape al ver a su entrenadora en tal estado.
Con dificultad la chica tocó sus piernas, luego fue bajando la mano progresivamente hasta sus tobillos, no parecían las de ella…tan hinchadas, tan dormidas…casi como si al acariciarlas fueran las de una extraña.
No era tan insólito que estuvieran así si tenemos en cuenta la postura de la chica: Cuerpo inclinado hacia delante, el trasero ligeramente levantado y las piernas entreabiertas con solo su prenda íntima a la altura de los tobillos. Ciertamente no estaba cómoda.
Podía verse reflejada en los pulidos azulejos de la habitación y no le gustaba para nada la imagen que le devolvían: La de una chica sudorosa y cansada de rostro pálido y demacrado que no era capaz de llevar a cabo lo que millones de personas en peores condiciones que ella sufrían en silencio.
Quizás fue ese rechazo a la imagen reflejada, un acto de rebeldía juvenil que le gritaba no dejarse vencer o quizás fuera que su propio cuerpo había reganado fuerzas, eso no importaba ahora. Ella se sentía revitalizada y puso todas sus nuevas fuerzas a su disposición.
- ¡AAAAAAAAAAAH! -chilló con fuerza para ahuyentar el dolor.
Hubo más chillidos desgarradores ya que verdaderamente los necesitaba para no sucumbir, al final le iba a venir bien quedarse en casa sola y todo.
- ¡P-Por fin! -expresó cansada cuando el trance había pasado.
Con dificultad la chica se levantó, inconscientemente su cuerpo hizo un par de amagos por caer al suelo, pero consiguió mantenerse firme. Acto seguido acarició con ternura su vientre; sin duda él también se sentía mucho más ligero y calmado.
Finalmente, la chica pulsó el botón correspondiente dejando que las aguas se llevaran las pruebas de su acto para después expresar agotada, pero aliviada:
-Adiós estreñimiento.