22 Mar 2021
08:58 PM
Palabras -
08:58 PM
Palabras -
Ciudad Porcelana, Unova, 15 de diciembre del 2021.
9 meses habían pasado, y habían sido duros y llenos de muchos cambios y acontecimientos.
Hilbert había conseguido trabajo en una empresa como oficinista en Ciudad Porcelana, ganando más dinero para poder mantener a su familia.
Hilda había terminado de escribir su libro, titulado "Dies Irae: Final", publicándolo en el mes de junio, ganando un gran número de seguidores, impacientes por su siguiente libro.
Durante esos meses también estuvieron aprendiendo mucho sobre la maternidad y la paternidad, leyendo muchos libros y consultando a sus padres, aunque de igual forma estaban nerviosos y ansiosos, siendo Hilbert el más ansioso de los dos.
No fue sino hasta el día 8 de diciembre que Hilda dio a luz a su bebe, una niña, Alice White. Un nombre que no dudaron en ponerle desde que descubrieron que iba a ser una niña.
Fue un parto normal. Hilbert la había acompañado desde el principio hasta el final.
Estaban sorprendidos con su pequeña. Pese a ya estar informados, seguían siendo padres primerizos.
La diminuta criatura, con su poco pelo castaño como su madre, sus pequeños ojos marrón similares a los de su padre.
Actualmente se encontraban en su departamento. Hilbert acababa de llegar, encontrando a Hilda acostada en la cama, con Alice durmiendo al lado suyo.
- ¡Ya llegué! - dijo Hilbert.
- ¡Bienvenido! - dijo Hilda- ¿Cómo te fue?
-Lo de siempre, poner números en la computadora, reírme con los chistes de mis compañeros al lado del expendedor de agua - acercándose a su hija- ¿Y cómo estuvieron tú y Alice?
La pequeña dormía cómodamente en la cama de sus padres, estaba usando un enterito rosado, teniendo sus puños cerrados y sus brazos y piernas cerca de su cuerpo.
-Anote algunas ideas para mi siguiente libro, tú mamá llamó preguntando por nosotros y que cuando iríamos de visita- dijo Hilda.
-Mejor que ella venga a visitarnos- dijo Hilbert- resultaría más fácil- desatando su corbata y acostándose al lado de Alice, dejándola en medio de los dos- Podrías hacer una secuela.
- ¡Nop! -
De pronto, Alice comenzó a llorar, moviéndose un poco.
- ¿Ves?, a ella tampoco le gusta la idea de una secuela- dijo Hilda- Ahora es tu turno de cambiarla.
Hilbert se levantó, tomando con cuidado a Alice para cambiarla.
-Vamos feita-
9 meses habían pasado, y habían sido duros y llenos de muchos cambios y acontecimientos.
Hilbert había conseguido trabajo en una empresa como oficinista en Ciudad Porcelana, ganando más dinero para poder mantener a su familia.
Hilda había terminado de escribir su libro, titulado "Dies Irae: Final", publicándolo en el mes de junio, ganando un gran número de seguidores, impacientes por su siguiente libro.
Durante esos meses también estuvieron aprendiendo mucho sobre la maternidad y la paternidad, leyendo muchos libros y consultando a sus padres, aunque de igual forma estaban nerviosos y ansiosos, siendo Hilbert el más ansioso de los dos.
No fue sino hasta el día 8 de diciembre que Hilda dio a luz a su bebe, una niña, Alice White. Un nombre que no dudaron en ponerle desde que descubrieron que iba a ser una niña.
Fue un parto normal. Hilbert la había acompañado desde el principio hasta el final.
Estaban sorprendidos con su pequeña. Pese a ya estar informados, seguían siendo padres primerizos.
La diminuta criatura, con su poco pelo castaño como su madre, sus pequeños ojos marrón similares a los de su padre.
Actualmente se encontraban en su departamento. Hilbert acababa de llegar, encontrando a Hilda acostada en la cama, con Alice durmiendo al lado suyo.
- ¡Ya llegué! - dijo Hilbert.
- ¡Bienvenido! - dijo Hilda- ¿Cómo te fue?
-Lo de siempre, poner números en la computadora, reírme con los chistes de mis compañeros al lado del expendedor de agua - acercándose a su hija- ¿Y cómo estuvieron tú y Alice?
La pequeña dormía cómodamente en la cama de sus padres, estaba usando un enterito rosado, teniendo sus puños cerrados y sus brazos y piernas cerca de su cuerpo.
-Anote algunas ideas para mi siguiente libro, tú mamá llamó preguntando por nosotros y que cuando iríamos de visita- dijo Hilda.
-Mejor que ella venga a visitarnos- dijo Hilbert- resultaría más fácil- desatando su corbata y acostándose al lado de Alice, dejándola en medio de los dos- Podrías hacer una secuela.
- ¡Nop! -
De pronto, Alice comenzó a llorar, moviéndose un poco.
- ¿Ves?, a ella tampoco le gusta la idea de una secuela- dijo Hilda- Ahora es tu turno de cambiarla.
Hilbert se levantó, tomando con cuidado a Alice para cambiarla.
-Vamos feita-
![[Imagen: u5rXkYn.jpg]](https://i.imgur.com/u5rXkYn.jpg)